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Es un nivel de la cotización, que dentro de una tendencia bajista, concentra la demanda de títulos suficientes para frenar una caída de las cotizaciones e incluso para producir alzas coyunturales en los precios. Cuando se agota o desaparece la demanda de títulos, se rompe el soporte y la cotización prosigue su caída, pero cuando el fondo del mercado es alcista, la demanda se impone a la oferta, y el soporte se convierte en el punto de inicio de una nueva fase alcista.
Generalmente cuando se rompe un soporte, éste se convierte en una resistencia para la cotización. Para considerar que un soporte ha sido roto, esta ruptura ha de ser superior al tres por ciento del valor de la cotización, no pudiéndose dar por confirmada la rotura hasta que supera este nivel. No hay que olvidar la importancia del volumen en estas rupturas. El volumen de negocio nos da una idea de la fuerza del mercado en el momento de perforar un soporte. La fortaleza de una línea de soporte es mayor cuantas más veces rebotan las cotizaciones en ella, y también cuanto mayor tiempo permanece vigente. Habitualmente, la cotización cuando rompe un soporte tiene una rápida y corta caída, seguida de una recuperación hasta las cercanías del soporte, y es después de esta recuperación cuando se produce el movimiento bajista definitivo. Este movimiento, (semejante, pero opuesto al que se produce cuando se rompe una resistencia), se conoce como pull back y es el momento que se debe aprovechar para vender antes de la caída definitiva.
El stop loss es una orden de venta, que siguiendo las recomendaciones del análisis chartista, obliga a vender si las cotizaciones bajan y se pierde un nivel prefijado. Stop loss se puede traducir como alto a las pérdidas, y se coloca en los niveles de soporte o en las directrices alcistas o en los niveles psicológicos (por ejemplo precios acabados en ceros). Según el análisis chartista, la pérdida de uno de estos niveles es el inicio de una caída prolongada de las cotizaciones, y con el stop loss vendemos antes que los precios se hundan definitivamente y se evitan pérdidas mayores.
Una variante del stop loss, es el stop loss dinámico. El stop loss dinámico comparte con el stop loss la finalidad de vender cuando se pierde el nivel prefijado, pero la lógica de uso es diferente. El stop loss dinámico se usa en subidas prolongadas de las cotizaciones que aconsejan vender para materializar las plusvalías. En estas circunstancias, si se vende en un punto determinado, es posible que la curva de cotizaciones siga su camino alcista durante semanas, y entonces se habrá perdido una parte considerable del movimiento alcista. Pero si se coloca un stop loss en la cotización de cierre de un par de sesiones anteriores, el stop loss, sube con las cotizaciones (por eso se llama stop loss dinámico) y cuando finaliza el alza, y empieza el descenso, solo se pierde las alzas de los dos últimos días de subida.
Si observamos un chart, podemos comprobar que las cotizaciones se mueven siguiendo tendencias. Esto significa que durante un cierto periodo de tiempo las cotizaciones tienden a seguir una trayectoria que es predominantemente ascendente o descendente. Si la trayectoria es ascendente, nos encontramos en una tendencia alcista, el origen de la cual, está en que hay más compradores que vendedores.
Una vez definida una tendencia alcista, se dibuja la línea directriz alcista uniendo con una línea los mínimos que se forman en los valles de la curva de cotizaciones. Es decir la directriz alcista, es la línea de soporte que guía las cotizaciones al alza. No siempre la línea directriz alcista, adopta la forma de una línea recta única, pues a veces la directriz alcista es una sucesión de directrices alcistas con pendientes cada vez más acentuadas. Es muy importante identificar cuando se rompe la línea directriz alcista, pues es el preludio de una nueva fase bajista. Hemos visto que la línea directriz alcista, queda definida como la línea que une los sucesivos mínimos de los valles descendentes de la curva de cotizaciones, luego se produce la rotura de la directriz alcista, cuando un nuevo mínimos de un valle, perfora la línea directriz alcista, por ser más bajo que el anterior.
Para considerar que una directriz alcista ha sido rota, esta ruptura ha de ser superior al tres por ciento del valor de la cotización, además no hay que olvidar la importancia del volumen en estas rupturas, el volumen de negocio nos da una idea de la fuerza del mercado en el momento de traspasar una directriz. La fortaleza de una directriz alcista es mayor cuantas más veces rebotan las cotizaciones en ella sin lograr perforarla, y también cuanto mayor tiempo permanece vigente. A cambio, cuanto más fuerte es la directriz alcista, más potencial bajista tendrá la curva de cotizaciones cuando consiga perforarla. Habitualmente cuando la cotización rompe una directriz alcista, tiene una rápida y corta caída (pull back), seguida de una subida hasta las cercanías de la directriz y es después cuando se produce el movimiento bajista definitivo.
Por ejemplo, Asturiana de Zinc (ver chart), inició una larga directriz alcista en mayo del año pasado, y la curva de cotizaciones se movió al alza, guiada por esa directriz, hasta que a principios de octubre, la perforó lateralmente y rápidamente se desplomó con un elevado volumen de negocio, que constituyó un claro anuncio de la profundidad de la caída. El pull back se limitó a un mínimo movimiento de vuelta en los alrededores de las 3.000 Ptas. y de nuevo la curva de cotizaciones siguió su camino bajista, hasta que tuvo un rebote técnico al alza en noviembre. Precisamente, este rebote al alza, también fue guiado por una nueva directriz alcista, mucho más corta y de mayor pendiente que la primera. La rotura de esta segunda directriz alcista, se produjo con un incremento de volumen mas reducido y la caída fue menor.