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Las empresas que cotizan en el mercado continuo, lo hacen desde las 9h de la mañana hasta las 5:35h de la tarde, es decir durante ocho horas y media. Durante este periodo de tiempo y según la oferta y la demanda que existe de cada título en cada momento, la cotización se mueve al alza o la baja, marcando diferentes precios o cotizaciones. Para resumir estos movimientos en un chart se emplean varias cotizaciones: la cotización de apertura, que es la cotización con la que abre el mercado a las nueve de la mañana; las cotizaciones máxima y mínima, que son los niveles máximos y mínimos a los que llega la cotización durante toda la sesión y la cotización de cierre, que es la última cotización con la que cierra el mercado a las cinco y media de tarde.
En los charts, estas cotizaciones se representan gráficamente, mediante una pequeña línea vertical cuyo extremo superior es la cotización máxima y cuyo extremo inferior es la cotización mínima. La cotización de cierre se representa mediante una corta línea horizontal a la derecha de la línea vertical. En algunos charts también se incluye la cotización de apertura y se representa también con una pequeña línea horizontal, pero a la izquierda de la línea vertical. En los charts más sencillos en los que sólo se representa una sola cotización por sesión, se representa siempre la cotización de cierre, que es la que publican habitualmente los medios de comunicación no especializados y que es la más representativa de la sesión.
Si observamos las cotizaciones en un chart, podemos comprobar que éstas se mueven por tendencias. Esto significa que durante un cierto periodo de tiempo, el conjunto de las cotizaciones tienden a seguir una trayectoria que es predominantemente ascendente o descendente. Si la trayectoria es ascendente, decimos que nos encontramos en una tendencia alcista, mientras que si las cotizaciones son descendentes, estamos en una tendencia bajista. Puede ser que el mercado no presente indicios claros de subida o de bajada. En este caso, hablamos de un mercado plano, es decir, que no manifiesta ninguna tendencia determinada. El análisis e identificación de tendencias y de cambios de tendencias, es básico en el desarrollo del análisis gráfico o chartismo.
Es un figura chartista, que indica un cambio de tendencia bajista a tendencia alcista, el cual se produce mediante un agotamiento total de la tendencia bajista. De todas las maneras en que una tendencia puede variar, esta es la forma menos violenta y más sosegada. Se puede considerar un caso particular y mucho más largo, de otra figura chartista: el suelo redondeado. El suelo durmiente, se forma al final de una larga fase bajista y es un proceso muy lento que requiere bastante tiempo, a veces años, hasta que la figura queda totalmente completada. La mejor manera de detectarla es usar charts largos, semanales e incluso mensuales.
Se forman generalmente en valores de segunda o tercera fila (chicharros), con volumen de cotización reducido y debe mantener un completo paralelismo entre las cotizaciones y el volumen. Al descender la cotización para formar el fondo redondeado que define el suelo durmiente, desciende igualmente el volumen de contratación, el cual puede quedar reducido a niveles simbólicos. Más tarde, al subir lentamente la cotización, subirá también el volumen lentamente, hasta que el suelo durmiente se despierta, momento en que se produce un incremento muy fuerte del volumen que dispara la cotización al alza. La repentina subida de la cotización y del volumen, indica el final de la figura y el momento de compra. Una vez completada la figura, y después del clásico pull back, las cotizaciones seguirán subiendo más lentamente y con muchas reacciones técnicas. Es importante que en el punto más bajo de estos suelos durmientes el volumen de contratación sea muy bajo. A veces sucede que en algún momento, durante la formación del suelo durmiente, las cotizaciones suban de una forma muy violenta, y con volumen, durante un corto periodo de tiempo, para luego caer a su nivel anterior, y continuar el proceso de formación del suelo durmiente.
En esta figura no se puede hablar de fases diferenciadas, tan solo de un lento y constante movimiento descendente de los precios, hasta tocar el fondo del suelo con un volumen prácticamente inexistente, condiciones en que se mantiene durante un largo periodo de tiempo, sin que ocurra prácticamente nada. A partir de este momento desde el fondo del suelo empiezan a subir las cotizaciones de forma gradual y con muy pocos cambios en el ritmo de la subida, hasta que se completa la figura, con un fuerte incremento del volumen y de la cotización.
Se puede establecer una cotización o precio objetivo al alza para el suelo durmiente, una vez éste se ha completado. El precio objetivo se calcula gráficamente en el chart, siendo la proyección alcista de la cotización igual a la altura entre los mínimos del suelo durmiente y los máximos del mismo. Al igual que sucede en otras figuras chartistas, podemos decir que la reacción alcista es, como mínimo, igual a la profundidad del suelo durmiente. También la duración de un suelo durmiente, condiciona la fuerza y duración de la reacción alcista posterior. Cuanto más tiempo dura el suelo durmiente, más fuerte es el movimiento alcista que genera.
Por ejemplo, Ercros (ver chart), ha formado un enorme suelo durmiente desde el año 1.991, en el que la cotización y el volumen se han mantenido dormidos, hasta el violento incremento del volumen de finales de 1.996. Ahora la cotización acaba de finalizar el suelo durmiente, y dada la duración del mismo la reacción alcista que se acaba de iniciar será fuerte y duradera.