- 11.656,600
- 0,39%
El stop loss es una orden de venta que obliga a vender si las cotizaciones bajan y se pierde un nivel prefijado, de forma que se evitan pérdidas mayores cuando la cotización se desploma desde dicho nivel. Se coloca en los niveles de soporte, en las directrices alcistas o en los niveles psicológicos (por ejemplo precios acabados en ceros). Una variante muy útil del stop loss, es el llamado stop loss dinámico.
El stop loss dinámico comparte con el stop loss la finalidad de vender cuando se pierde el nivel prefijado, pero la lógica de uso es diferente. El stop loss dinámico se usa en subidas prolongadas de las cotizaciones que aconsejan, por prudencia, vender para materializar las plusvalías conseguidas. En estas circunstancias, si se vende en un momento determinado, es posible que la curva de cotizaciones siga su camino alcista durante semanas, y entonces se habrá perdido una parte considerable del movimiento alcista. Para evitar esta situación, se coloca un stop loss en la cotización de cierre de un par de sesiones anteriores, el stop loss sube con las cotizaciones (por eso se llama stop loss dinámico), pero siempre un par de sesiones retrasado, y cuando finaliza el alza, y empieza el descenso, solo se pierde las alzas de los dos últimos días de subida.
Un chart semi-logarítmico es aquel en el que la escala de las cotizaciones (eje vertical) es logarítmica, con lo que a porcentajes de subidas o bajadas iguales corresponden espacios iguales en el eje vertical de las cotizaciones. Por el contrario, el eje horizontal, que representa el tiempo, tiene divisiones lineales o aritméticas. Debido a que sólo un eje (el vertical de las cotizaciones) tiene escala logarítmica, su nombre correcto es semi-logarítmico, aunque habitualmente se conoce como chart logarítmico.
Aunque en el análisis chartista es recomendable usar charts semi-logarítmicos, estos son en general poco utilizados, predominando los charts aritméticos o lineales. La ventaja de los charts semi-logarítmicos es que permiten comparar las subidas o bajadas de la curva de cotizaciones de forma relativa y no en términos absolutos. Por ejemplo si la cotización de un título pasa de 10 a 20 y luego a 40 puntos es un chart aritmético en el primer caso la curva de cotizaciones habrá ganado 10 puntos y 20 en el segundo, dando la sensación que la segunda subida es más importante que la primera, cuando en realidad en ambos casos la subida es igual en porcentaje, ya que dobla la cotización anterior. Es decir al pasar de 10 a 20 el resultado es subir 10 puntos y doblar la cotización; en el segundo caso al pasar de 20 a 40 ha subido 20 puntos, pero también ha doblado la cotización anterior, es decir en porcentaje las subidas son iguales.
Un chart semi-logarítmico en la escala de cotizaciones expresa los incrementos, no en forma absoluta, sino en forma de porcentajes, con lo que es más realista para comparar cotizaciones que han aumentado mucho, debido a que el chart, por ejemplo, es muy largo.
Por ejemplo, en 1986 el Índice General de la Bolsa de Madrid pasó de 100 a 200 puntos en un año, lo que representa una subida del 100%, mientras que ahora una subida de 100 puntos representa sólo un 10%, En estos casos, en charts largos, es necesario usar un chart semi-logarítmico.
Las cuñas son figuras muy parecidas a los triángulos, pero a diferencia de estos, las dos líneas que lo delimitan tienen la misma dirección, es decir las dos líneas son ascendentes o las dos líneas son descendentes. Las cuñas suelen ir acompañadas de un descenso en el volumen durante su formación, pero una vez se ha completado la figura el volumen suele aumentar.
En las cuñas se interpreta que la cotización seguirá en la dirección contraria a aquella que señala la cuña. Esto quiere decir que las cuñas ascendentes son una señal de tendencia bajista, mientras que las cuñas descendentes lo son de una tendencia alcista. La denominación de alcista o bajista que se le da a una cuña, no se corresponde con la tendencia posterior de la curva de cotizaciones, sino con la forma de la figura, es decir si el vértice de la cuña se orienta hacia arriba es alcista, y si el vértice se orienta hacia abajo, la cuña es bajista.
Pero las cuñas al igual que los triángulos son figuras con escasa fiabilidad y es necesario esperar a que la curva de cotizaciones deje la cuña para actuar. En este momento se produce la ruptura del equilibrio entre los compradores y los vendedores y el mercado marcará la nueva tendencia, que se debe aprovechar para comprar o vender.
Son frecuentes las cuñas ascendentes, que terminan al alza, al igual que son frecuentes las cuñas descendentes que finalizan a la baja. Las implicaciones bajistas o alcistas de una cuña ascendente o descendente, no pasan de una mera probabilidad, ya que lo único que cuenta es el escape de la curva de cotizaciones fuera de la cuña. En una cuña ascendente la ruptura se produce con más facilidad hacia abajo, pero siempre hay que seguir el movimiento hacia el lado de la ruptura una vez que ésta se haya producido, pues intentar adelantarse es arriesgado.
Por ejemplo, Repsol (ver chart) ha formado una cuña ascendente (con el vértice hacia arriba), de clara proyección bajista, pero que finalmente ha finalizado al alza, con un fuerte escape apoyado por un sensible incremento del volumen de negocio. En el chart del volumen, se puede observar como durante todo el desarrollo de la cuña el volumen fue descendente, cambiando bruscamente a partir de la rotura de la misma.