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Una de las premisas en el que se apoya el análisis chartista, es la que afirma que las cotizaciones se mueven por tendencias, es decir que durante un periodo tiempo sigue un movimiento alcista o bajista determinado. Generalmente este movimiento está guiado por una línea de soporte o resistencia, que precisamente por su condición de guía de este movimiento alcista o bajista recibe el nombre de directriz alcista o directriz bajista. Cuando la curva de cotizaciones se mueve al alza, la directriz alcista es la línea de soporte principal del movimiento alcista, por el contrario cuando la curva de cotizaciones se mueve a la baja, la directriz bajista es la línea de resistencia principal del movimiento bajista.
Las líneas de soporte o resistencia que sirven de directriz alcista o bajista no suele ser una línea extrema e inviolable de soporte o resistencia, si no la línea en la que se apoya mas frecuentemente la curva de cotizaciones en su tendencia. Es decir es posible, incluso frecuente, que en su desplazamiento ascendente o descendente, la curva de cotizaciones llegue a perforar en alguna ocasión a la directriz alcista o bajista, para finalmente recuperar posiciones rápidamente y volver a ser guiada por la directriz. Las líneas directrices alcistas o bajistas son la figura más fiable del análisis técnico o chartista, por lo que su perforación a la baja o al alza ha de ser señal inmediata de venta o de compra. Para confirmar la rotura se debe esperar que esta supere el tres por ciento, y vigilar el volumen de negocio, pues una brusca elevación del volumen significa una rotura, al alza o a la baja, muy profunda. Solo existe un caso en el que la rotura de una directriz alcista o bajista suele tener consecuencias menores, y es cuando esta rotura se produce de forma lateral. Una rotura lateral se produce cuando la curva de cotizaciones se desplaza en un estrecho canal horizontal que ignora la directriz alcista o bajista y continúa su desplazamiento durante un periodo de tiempo mas o menos largo hasta que bruscamente recupera la tendencia alcista o bajista inicial.
Las figuras chartistas son las que forma la curva de cotizaciones en un chart. Las figuras chartistas pueden ser clasificadas en dos categorías: las figuras de cambio de tendencia y las figuras de consolidación de tendencia. Las figuras de cambio de tendencia, indican que se va a producir un cambio en la vigente tendencia de las cotizaciones. Por el contrario, las figuras de consolidación de la tendencia, indican que el mercado solo esta haciendo un alto en el camino (consolidando niveles), y que la antigua tendencia continuara vigente una vez finalizada y confirmada la figura. En una figura chartista, cuanto más grande sea dicha figura, es decir cuanto más ancha sea la diferencia entre la base y la cúspide de la figura, y además cuanto más tiempo tarde en formarse, más importantes y duraderas serán las consecuencias de esta figura en las futuras cotizaciones.
Las principales figuras de cambio de tendencia son: el doble techo y doble suelo (double top y double bottom) y sus variantes: triple techo y triple suelo; la figura de cabeza hombros (head and shoulders), su simétrica: la figura de cabeza hombros invertida y sus variantes: las figuras de cabeza hombros múltiples; los techos y suelos redondeados (rounding tops y rounding bottoms) y su variante: el suelo durmiente. Todas estas figuras constituyen el grupo de figuras más fiables del análisis chartista y, en algunos casos, pueden significar un cambio de tendencia primaria.
En los puntos de unión de la cabeza con cada uno de los hombros, dibujamos la línea de clavícula (neckline), y la figura de cabeza hombros queda completada cuando la caída del segundo hombro corta esta línea, añadiendo el habitual tres por ciento de margen de seguridad, tendremos la figura confirmada. Después de completarse y confirmarse una figura de hombro cabeza hombro, la curva de cotizaciones desciende de forma rápida y el descenso es tanto mas acusado cuanto más fuerte haya sido la subida previa a la formación de la figura. Para determinar el objetivo del descenso, se traza una línea entre el pico de la cabeza y la línea de clavícula (neckline), es decir se dibuja la altura de la cabeza con respecto a la línea de clavícula (neckline). Siempre que haya habido un alza anterior a la figura de hombro cabeza hombro, el descenso después del punto de ruptura será igual o mayor que esta línea que representa la altura de la cabeza.
Pero el objetivo de caída no es alcanza de forma lineal, pues como es habitual en la mayoría de las figuras chartista, al principio de la caída puede darse una espacie de reacción técnica que volverá a acercar las cotizaciones hasta la línea de clavícula (neckline), y hasta puede tocarla y pararse momentáneamente en ella, pero finalmente la curva de cotizaciones caerá de nuevo con mayor volumen y rapidez que antes, hasta alcanzar su objetivo de caída. Se trata de un movimiento típico de las figuras de cabeza hombros que no tiene que infundir recelo o pánico en los inversores. Su nombre técnico es pull back, y precisamente en las figuras de cabeza hombros son donde se forman los pull back más espectaculares del análisis chartista.
Por ejemplo, Amper (ver chart) en el mes de mayo del año pasado empezó a formar una figura de cabeza hombros con una línea de clavícula (neckline) en las 3.950 Ptas. Finalmente en enero de este año, la cotización perforo esta línea y confirmo la figura, con una proyección bajista hasta las 2.600 Ptas. Pero una vez iniciada la caída, la curva de cotizaciones realizó un violento pull back, que devolvió las cotizaciones por encima de la antigua línea de clavícula (neckline), manteniéndose varias semanas por encima de esta línea que le servia de soporte, hasta que de nuevo ha empezado a caer hacia su objetivo de las 2.600 Ptas. Hay que resaltar que este objetivo, dada la amplitud de la figura de cabeza hombros, es un objetivo a largo plazo, por lo que puede tardar mas de un año en alcanzarse, y antes de que se alcance se producirán muchos movimientos secundarios al alza y a la baja.