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El análisis chartista, además de fijar la tendencia alcista o bajista de las cotizaciones, siempre intenta fijar los objetivos al alza o a la baja de dicha tendencia, es decir el nivel al que llegarán las cotizaciones cuando se agote la tendencia total o parcialmente. Muchas figuras chartistas fijan sus propios objetivos en función de la forma y del tamaño de la figura que se ha formado, pero el sistema más extendido y a la vez más fiable es confirmar dichas proyecciones con antiguos niveles de resistencia o de soporte. Es decir cuando se rompe una resistencia, se buscan en el chart los niveles históricos de resistencia o antiguos soportes, para fijar con exactitud el nivel del nuevo objetivo al alza de la cotización. Pero cuando la cotización ha superado sus máximos históricos, desaparecen los anteriores niveles de referencia (pues todos están por debajo de los máximos), y consecuentemente se considera que la cotización esta en subida libre. Es decir estar en subida libre, quiere decir que la cotización se mueve en una zona en la que no existen resistencias o soportes históricos pero en ningún momento pretende clasificar esta subida como una subida muy fuerte o de larga duración, pues hay casos en que las subidas libres duran muy pocas sesiones. En el caso contrario, cuando se rompe un soporte, y la cotización cae por debajo de sus mínimos históricos, se dice que la cotización está en caída libre.
Es un movimiento de la curva de cotizaciones, que se mueve en un estrecho rango de fluctuación, practicamente horizontal, con volúmenes de negocio moderados. Son figuras de consolidación de tendencia que permiten salir a los inversores más nerviosos y entrar a los inversores mas retardados. Contribuyen a limpiar o digerir los excesos que se producen cuando la curva de cotizaciones mantiene una trayectoria alcista durante un periodo de tiempo prolongado. El mercado sale reforzado de este movimiento y afronta con mayor fuerza el asalto a nuevos máximos. En todo movimiento lateral hay, sin embargo sociedades concretas que evolucionan la margen de la tendencia lateral de la generalidad del mercado y presentan movimientos individuales al alza o a la baja.
Es una de las figuras más típicas y fiables del chartismo, e indica un cambio de la tendencia alcista a bajista. Es consecuentemente una figura de cambio de tendencia. Su nombre proviene de la semejanza de la cabeza y hombros de una persona. Se caracteriza por comenzar con un pico (primer hombro), seguido de un segundo pico mas alto que el primero (cabeza), y finaliza con un tercer pico de altura semejante al primero (segundo hombro). En esta figura, se llama línea de clavícula o neckline a la línea recta, generalmente horizontal, que se forma al unir el punto mas bajo del descenso del primer hombro con el punto mas bajo del descenso de la cabeza. Una línea de clavícula o neckline descendente señala la debilidad técnica de un titulo. La simetría y sobre todo el volumen son muy importantes en este tipo de figura chartista.
El volumen se desarrolla según la siguiente secuencia: en el primer hombro, la cotización aumenta siempre acompañada de un volumen creciente y superior a la media, alcanzando el primer pico, y sufriendo después un descenso con un volumen menor hasta completar el primer hombro. En la cabeza, la cotización vuelve a subir y el volumen debe acompañar la subida, aunque en proporción algo menor que en el primer hombro, y en la fase de descenso de la cabeza, el volumen es bajo. En el segundo hombro, se produce el tercer aumento de las cotizaciones, con un volumen débil que se mantiene en la posterior caída hasta formar totalmente el segundo hombro.
En los puntos de unión de la cabeza con cada uno de los hombros, dibujamos la línea de clavícula (neckline), y la figura de cabeza hombros queda completada cuando la caída del segundo hombro corta esta línea, añadiendo el tres por ciento de margen de seguridad, tendremos la figura confirmada. No hay que olvidar la importancia del volumen en estas rupturas, pues el volumen de negocio nos da una idea de la fuerza del mercado en el momento de romper una línea de soporte. Si la línea de clavícula (neckline) ha sido rota con un volumen de contratación sensiblemente superior al de las sesiones anteriores, la posibilidad de éxito de la figura es muy elevada, del orden del 70 al 90 %. Si la rotura se produce con un volumen igual o inferior al de las sesiones precedentes, el éxito de la ruptura es escaso.
Después de completarse y confirmarse una figura de hombro cabeza hombro, la curva de cotizaciones desciende de forma rápida y el descenso es tanto más acusado cuanto más fuerte haya sido la subida previa a la formación de la figura. Para determinar el objetivo del descenso, se traza una línea entre el pico de la cabeza y la línea de clavícula (neckline), es decir se dibuja la altura de la cabeza con respecto a la línea de clavícula (neckline). Siempre que haya habido un alza anterior a la figura de hombro cabeza hombro, el descenso después del punto de ruptura será igual o mayor que esta línea que representa la altura de la cabeza. Como es habitual en la mayoría de las figuras chartista, al principio de la caída puede darse una espacie de reacción técnica (pull back) que volverá a acercar las cotizaciones hasta la línea de clavícula (neckline), y hasta puede tocarla y pararse momentáneamente en ella, pero finalmente la curva de cotizaciones caerá de nuevo, con mayor volumen y rapidez hasta alcanzar su objetivo de caída.
Por ejemplo, Continente (ver chart) en el año pasado, después de iniciar un movimiento alcista en el mes de mayo, formó una figura de hombro cabeza hombro en los meses de julio y agosto, con clara rotura de la línea de clavícula (neckline) y posterior pull back. Finalmente hacia el mes de noviembre, se alcanzo el objetivo de caída y la curva de cotizaciones empezó a subir de nuevo.