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Casi todas las figuras que forman el análisis chartista, tienen una figura invertida, que reproduce simétricamente la figura principal, aunque suele haber pequeñas variaciones secundarias en la forma de las figuras y en el volumen de negocio. Lógicamente la figura invertida tiene una proyección contraria a la principal, es decir si una es alcista, la otra es bajista y viceversa.
La figura de Hombro Cabeza Hombro no es una excepción a esta regla y existe la figura de Hombro Cabeza Hombro invertida que consiste en la sucesión de tres mínimos consecutivos, donde el segundo es mas bajo que el primero, y el tercero mas alto que el segundo. Es como la figura principal, pero al revés, con la cabeza hacia abajo, y consecuentemente denota una cambio de tendencia bajista a tendencia alcista. Sin embargo, y a pesar de ser muy parecida a la figura principal, difiere en lo concerniente al volumen de negocio.
Se pueden distinguir, al igual que en la figura principal, también tres fases claramente diferenciadas. En la fase primera se producen aumentos significativos del volumen a medida que la curva de cotizaciones comienza a descender, y después la cotización se recupera al tiempo que el volumen de negocio desciende. Se forma de esta forma el primer hombro invertido. En la fase segunda la curva de cotizaciones vuelve a bajar de una forma más intensa que en el primer hombro, con un buen volumen de negocio, aunque menor que en la primera etapa. Después se produce la reacción alcista que nos llevara al inicio del primer hombro invertido, es decir a la resistencia que forma la línea de clavícula (neckline) del Hombro Cabeza Hombro invertido. El volumen de negocio, puede ser mayor que en la primera reacción alcista. Al final de este movimiento queda completamente formada la cabeza de la figura. En la fase tercera la curva de cotizaciones baja con un volumen de negocio muy bajo, hasta un nivel próximo al mínimo del primer hombro invertido, y después sube con un volumen de negocio muy considerable, hasta que la curva de cotizaciones llega a la resistencia formada por la línea de clavícula (neckline). En este punto la rotura de la línea de clavícula determina la confirmación de la figura. La rotura se debe producir, al igual que en la mayoría de figuras chartistas, con un volumen muy elevado para que la figura sea fiable.
El análisis técnico es un método de análisis y pronostico bursátil que determina la tendencia futura de la curva de cotizaciones, en función exclusivamente de las cotizaciones conocidas, sin tener en cuenta en absoluto los datos fundamentales, o financieros, o de cualquier otro tipo de la sociedad analizada. El análisis técnico se basa en la teoría de Dow, formulada a finales del siglo pasado en New York por Charles H. Dow. Existen varias metodologías independientes de análisis técnico, como el análisis gráfico o chartismo, las Ondas de Elliot, los indicadores técnicos, etc.
El chartismo es una técnica de análisis bursátil, que pertenece al análisis técnico, cuyo objetivo es determinar la tendencia de la curva de cotizaciones (alcista o bajista), e identificar los cambios de tendencia. Para lograr este objetivo se basa exclusivamente en el estudio gráfico de las distintas figuras que dibuja la curva de cotizaciones. Estas figuras, están estudiadas y codificadas, indicando cada una de ellas la evolución futura de la tendencia o cambios de tendencia, con un factor de riesgo o fiabilidad determinado.
En resumen, el análisis gráfico o chartismo, es solo la parte exclusivamente gráfica, nunca numérica o matemática, del análisis técnico. Su nombre proviene de la palabra inglesa chart que significa gráfico.
Se trata de una figura, poco habitual, de cambio de tendencia, que se produce casi exclusivamente en las tendencias alcistas, con implicaciones bajistas a muy corto plazo en tendencias secundarias o terciarias, pues nunca señala un cambio de tendencia primaria. Es una figura poco fiable con volúmenes muy irregulares en su formación. En realidad se forma como la suma un triángulo invertido seguido de un triángulo simétrico, que debe llevar a un cambio de tendencia de la curva de cotizaciones. La poca fiabilidad de la figura, característica común a las figuras triangulares, aconseja seguirla muy de cerca, pues aunque se considera una figura de cambio de tendencia a corto plazo en movimientos secundarios o terciarios, se debe esperar a que la curva de cotizaciones deje el diamante para actuar, vendiendo rápidamente si pierde la línea de soporte pues suele caer muy rápidamente la cotización, o comprando si rompe la línea de resistencia, en cuyo caso la subida es mas moderada e irregular. Como en todas las figuras chartistas el volumen de negocio en el momento de la rotura de la figura, es fundamental para determinar la fiabilidad de la misma.
Por ejemplo, Repsol (ver chart), después de un movimiento ascendente ha formado un diamante de mas de un mes de duración, primero la curva de cotizaciones ha marcado mínimos y máximos cada vez mas separados formando el triángulo invertido que forma la primera parte del diamante, y posteriormente, y de una forma menos clara, se ha ido cerrando formando la segunda parte de la figura. Pero cuando de podía esperar una rotura clásica de la línea de soporte, con teóricas connotaciones bajistas, inesperadamente la curva de cotizaciones ha girado al alza y ha roto la línea de resistencia con un buen incremento del volumen de negocio.