El inversor en activos de renta fija, deuda pública o privada, puede percibir sus rendimientos de dos formas distintas:
a) A través de los intereses devengados por el activo, bien de forma separada del nominal del activo, rendimientos explícitos, denominados cupones (caso pagarés de empresa que abonan intereses anualmente), o bien descontados del
precio de emisión, denominándose, en este caso, rendimientos implícitos (caso de las Letras del Tesoro).
b) Como consecuencia de la variación de precio entre el valor de adquisición y de venta del activo.