Julio y agosto suelen ser periodos relativamente tranquilos en los mercados, aunque este año la volatilidad podría verse incrementada debido a la actual incertidumbre política. Las disputas políticas en Francia podrían limitar las ganancias de la moneda común en caso de que un Parlamento indeciso lleve a un periodo de debates de coalición. Sin embargo, evitar una mayoría de derechas debería ser favorable para el euro. Por otra parte, se confirma el repunte de los datos de actividad en la eurozona, y es casi seguro que el BCE mantendrá los tipos sin cambios en su reunión del próximo 18 de julio, si bien parece probable que Lagarde mantenga abierta la posibilidad de recortarlos de nuevo en septiembre.
La formación de una mayoría laborista en el Reino Unido parece ligeramente positiva para la libra. Los mercados ya lo han descontado. Y en el caso de que el recién nombrado primer ministro Starmer intensifique la retórica a favor de unas relaciones más estrechas entre el Reino Unido y la UE podríamos ver nuevas subidas de los activos británicos en las próximas semanas. Los datos del IPC de junio, que se conocerán el próximo 17 de julio, podrían mostrar que la inflación británica cayó por debajo del objetivo del 2% por primera vez en más de tres años. Este será el último informe de inflación antes de la próxima reunión del Banco de Inglaterra, y cualquier descenso podría sellar el acuerdo para un recorte en agosto.
En Estados Unidos, se espera que los inversores centren pronto su atención en las ramificaciones de las elecciones presidenciales de noviembre, que hasta ahora se las han tomado con calma. La desastrosa actuación de Joe Biden en el primer debate electoral celebrado en junio parece haber allanado el camino para una segunda etapa en la Casa Blanca de Donald Trump, escenario al que las casas de apuestas asignan ahora en torno a un 65% de posibilidades. Si los mercados empiezan a prever un mayor proteccionismo bajo su administración, esto podría reflejarse pronto en un dólar más fuerte. La Reserva Federal también se reunirá a finales de mes, concretamente el día 31 y todo parece confirmar que el FOMC bajará los tipos en dos ocasiones en 2024. Por tanto, habrá que estar atentos a cualquier indicio de un cambio hacia un tono moderado por parte de la Fed en la reunión de este mes.
Por lo demás, los inversores estarán atentos a los acontecimientos en Japón y seguirán de cerca la evolución del yen, que actualmente cotiza cerca de mínimos de cuatro décadas frente al dólar. Esto podría desencadenar una intervención directa en el mercado de divisas por parte de las autoridades japonesas este mes, y podría suscitar una serie de comunicados más agresivos por parte del Banco de Japón en su reunión de julio. Previsiblemente, el BoJ subirá los tipos de interés por segunda vez este mes, aunque esto probablemente tendría que ir acompañado de una serie de comentarios de línea dura para desencadenar algo más que un ligero avance de la moneda japonesa.