El ritmo y el calendario de los recortes de los tipos de interés por parte de los principales bancos centrales sigue siendo clave para la evolución de las divisas. En este sentido, los mercados siguen buscando pistas en los datos económicos y en la retórica de las autoridades monetarias que les permitan confiar en mayor o menor medida en el momento en el que comenzarán los ciclos de relajación de la política monetaria. Las economías están demostrando ser más resilientes de lo previsto hace unos meses y cada vez parece más claro que la “recta final” en la lucha contra la inflación será la más difícil. Esta combinación de factores ha hecho que los mercados financieros suavicen sus expectativas de recortes de tipos y ahora no descuentan el primer recorte por parte de los 'Tres Grandes' bancos centrales hasta junio.
La revalorización de las expectativas de tipos de interés ha sido especialmente notable en EEUU. Esto ha jugado a favor del dólar, que el mes pasado volvió a apreciarse frente a sus principales pares y cotiza cerca de su nivel más alto desde noviembre. Las persistentes presiones sobre los precios y los buenos resultados de la economía estadounidense han llevado a los mercados a descontar sólo tres recortes de tipos de 25 puntos básicos por parte del FOMC en 2024, una fuerte rebaja respecto a los seis que preveían a principios de año. Lo cierto es que la economía estadounidense sigue expandiéndose a un ritmo impresionante y, aunque el mercado laboral ha mostrado ligeros signos de enfriamiento, la mayoría de los indicadores siguen apuntando a unas condiciones laborales ajustadas. Al mismo tiempo, la inflación estadounidense ha vuelto a niveles más normales tras el reciente auge de los precios al consumo. Sin embargo, se sigue observando cierta rigidez en las tasas de crecimiento de los precios al consumo, especialmente en el índice subyacente mensual.
Por su parte, el euro y la libra han resistido bastante bien a la fortaleza generalizada del dólar, aunque ambas divisas cedieron terreno frente al billete verde el mes pasado y cotizan cerca de sus niveles más bajos desde mediados de febrero. La reciente corrección del euro puede deberse a las crecientes expectativas de relajación de la política monetaria, acentuadas por la caída de la inflación subyacente en las principales economías europeas y por un cambio en la retórica de los miembros del Banco Central Europeo, que ahora abogan predominantemente por una reducción de los tipos de interés en respuesta a la reciente desaceleración económica. En el segundo semestre de 2023 se evitó una recesión técnica, pero los datos de actividad siguen sin alcanzar niveles dignos de celebración. Al mismo tiempo, la libra obtuvo peores resultados que el dólar y el euro el mes pasado, debido al giro moderado del Banco de Inglaterra.
La divisa del G10 con peor rendimiento el mes pasado fue la corona sueca, seguida de cerca por el franco suizo. La atonía de la economía sueca y la postura moderada adoptada por el Riksbank, que en su última reunión indicó que podría recortar los tipos en su próxima reunión de mayo, han pesado sobre la divisa sueca, que cotiza cerca de su nivel más bajo desde noviembre frente al euro. El sorpresivo recorte de tipos por parte del Banco Nacional de Suiza provocó una depreciación del franco suizo el mes pasado, que cotiza cerca de su nivel más bajo en cinco meses. El BNS dio el pistoletazo de salida al ciclo de recortes en el G10, al bajar inesperadamente los tipos en 25 puntos básicos, hasta el 1,5%, en su reunión de marzo. Las expectativas de una mayor relajación monetaria respaldan nuestra opinión bajista sobre el franco.
En cuanto a las divisas de los mercados emergentes, el peso mexicano sigue registrando un rendimiento superior al de sus homólogas y volvió a ser la divisa de los mercados emergentes con mejor rendimiento el mes pasado, repuntando hasta su posición más fuerte frente al dólar estadounidense desde 2015. La divisa mexicana ha seguido beneficiándose de la postura agresiva del banco central del país, unos tipos de interés reales elevados, que se encuentran entre los más altos del mundo, y unas perspectivas económicas favorables, respaldadas por los estrechos vínculos con la economía estadounidense.
En el otro extremo, el peso chileno volvió a ser una de las divisas de los mercados emergentes con peor rendimiento el mes pasado. La divisa chilena ya se ha desplomado alrededor de un 12% en lo que va de año y cotiza cerca de mínimos históricos frente al billete verde. Esto se debe, en parte, al agresivo ciclo de flexibilización adoptado por el banco central del país, y a la preocupación que suscita el estado de la economía china, que representa tanto el 30% de los ingresos por exportación del país como el 40% de las importaciones mundiales de cobre, fuente clave de los ingresos exteriores de Chile. Sin embargo, la sorpresa al alza en los últimos datos de inflación y una economía que parece estar saliendo del estancamiento han llevado al Banco Central de Chile a dejar de lado su postura ultra moderada y adoptar un enfoque más cauto, lo que está dando cierto respiro al peso.
Este mes de abril promete ser más tranquilo en los mercados, ya que no serán muchos los bancos centrales del G10 los que se reúnan. Ahora bien, el jueves 11 sí que lo hará el Banco Central Europeo, y todo parece indicar que no tocará los tipos este mes. Dicho esto, es probable que sea una "pausa moderada", y que el banco central siente las bases para un primer recorte en junio.