l ancienne ambassadrice a l onu nikki haley dans un diner du new hampshire vendredi
Nikki Haley.

A falta de confirmación oficial, Nikki Haley abandonará la carrera para ser la candidata republicana a las elecciones presidenciales de Estados Unidos tras su derrota en el 'Supermartes' ante el expresidente Donald Trump.

Así lo adelantan distintos medios como 'The New York Times' o 'Bloomberg' citando fuentes cercanas a la exgobernadora de Carolina del Sur, al tiempo que señalan que Haley tiene previsto hablar en su estado natal a las 10 de la mañana hora local, donde reconocerá que Trump es la opción del Partido Republicano para volver a la Casa Blanca.

La campaña de Haley ha naufragado en los últimos meses. La que fuera la primera embajadora de Trump ante las Naciones Unidas, consiguió plantear suficientes dudas sobre el liderazgo de Trump en los primeros compases de la carrera electoral, pero cada nueva cita con las urnas ha arrojado una realidad muy distinta para la republicana.

De hecho, incluso perdió en su propio estado a finales de febrero y el 'Supermartes' parece haber puesto el último clavo en su ataúd después de que Trump cerrara la cita con 946 delegados, el 78% de los que se necesitan para convertirse en candidato del Partido Republicano. De los 15 estados que votaron, Haley solo ganó en Vermont, así como en el Distrito de Columbia el pasado domingo.

UNA CAMPAÑA MAL ENFOCADA

Según los expertos de política del 'NYT', la estrategia adoptada por Haley ha distado de ser la ideal. "Ha intentado pintar a su antiguo jefe como un agente del caos envejecido y mentalmente enfermo, incapaz de respetar a los veteranos o a los miembros del servicio y poco dispuesto a ser fiel a la Constitución. Pero, aunque amplificó sus ataques, nunca fue capaz de aflojar lo suficiente el control de Trump sobre el partido", afirman.

Asimismo, estos analistas señalan que su argumento de que "solo ella podía vencer al presidente Biden" se vio socavado por unas encuestas que daban la delantera al actual presidente. Ello, sumado a la aprobación de Trump en las bases y en el seno del Partido Republicano, provocó que se enfrentara a una "intensa presión" de sus compañeros, que temían que una campaña posterior al 'Supermartes' "dividiera aún más al GOP (término para referirse al Partido Republicano) y reforzara la campaña del presidente Biden".

"Y detrás de su retórica anti-Trump había una campaña notablemente cautelosa y convencional. Repitió su discurso casi palabra por palabra y rara vez aceptó preguntas de los votantes o de los medios de comunicación. Optó por no hacer acrobacias para acaparar titulares y esquivó las preguntas sobre si acabaría apoyando a Trump", agregan.

"En última instancia, fracasó en su intento de unir a una coalición de republicanos a los que les gustaban las políticas de Trump pero que se habían cansado de su bagaje, que se sentían atraídos por su llamamiento a devolver al partido la responsabilidad fiscal y el liderazgo internacional, o que estaban ansiosos por dejar atrás la era Trump. Esa coalición no pudo superar las matemáticas del momento: los republicanos a los que les gustaba su mensaje eran muy inferiores en número a los seguidores de Trump", concluyen estos analistas.

UNA REEDICIÓN DE 2020MARCADA POR LAS DUDAS

Todo apunta a que se vivirá una repetición de la cita electoral de 2020, que enfrentó a Trump con Joe Biden. Y es que el actual presidente parece encaminado a ganar las primarias del Partido Demócrata ante su principal rival, Dean Phillips, y se sitúa en cabeza con casi 1.500 delegados. Sin embargo, las dudas sobrevuelan este proceso electoral.

Por un lado, los demócratas creen que Biden es una apuesta arriesgada debido a la edad del actual presidente, especialmente en un momento de creciente tensión internacional y de turbulencias económicas. Por otro lado, algunos de los votantes republicanos ven problemas en el discurso radical de Trump y su posición al respecto de las minorías y los inmigrantes, así como sus innumerables problemas legales.

"La visión de un segundo mandato de Trump es clara: nuevas protecciones comerciales sustanciales, una fuerte represión de la inmigración, impuestos más bajos, una política exterior aislacionista y una campaña de represalias contra los progresistas, la burocracia federal y los medios de comunicación a los que culpa de alienar a su base contra la clase dirigente", explican los expertos de 'Bloomberg'.

Por el contrario, una prórroga de la presidencia de Biden "garantizaría la aplicación de sus logros legislativos del primer mandato destinados a reactivar la fabricación nacional, mejorar las infraestructuras y luchar contra el cambio climático". "Biden también trataría de aumentar los impuestos a los ricos y reforzar las alianzas exteriores, aunque su enfoque moderado y tecnocrático ha hecho poco por inspirar al electorado", agregan.

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