MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

Los quistes ováricos simples no necesitan ser extirpados quirúrgicamente, ni vigilarlos con técnicas con ultrasonido, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores estadounidenses, en el que han participado más de 72.000 mujeres y en el que se han revisado 11.900 pruebas de ultrasonido pélvico realizadas durante unos 12 años.

En el mismo, publicado en 'JAMA Internal Medicine', los expertos observaron que los quistes simples son extremadamente comunes en mujeres tanto antes como después de la menopausia, y que no están vinculados a un mayor riesgo de cáncer de ovario. Como resultado, a menos que sean sintomáticos, los quistes simples pueden ignorarse de manera segura.

Por el contrario, los quistes complejos o las masas ováricas sólidas son mucho menos comunes, pero se asocian a un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer maligno, por lo que, a juicio de los investigadores, deben ser seguidas o eliminadas quirúrgicamente.

"Hay una gran cantidad de seguimiento médica innecesario que se desarrolla para los quistes simples. Los quistes simples son casi universalmente benignos, pero debido a la preocupación de que podrían albergar un precursor de cáncer, han provocado frecuente derivación a ginecólogos y oncólogos. Por tanto, nuestro estudio evidencia que los quistes simples asintomáticos de cualquier tamaño deben considerarse hallazgos normales en mujeres de cualquier edad e ignorados", han dicho los expertos.

Y es que, durante el período de estudio, las mujeres se sometieron a 118.778 ecografías pélvicas y, entre las 54.452 mujeres menores de 50 años, los investigadores estimaron que aproximadamente el 24 por ciento (12,957 mujeres) fueron diagnosticados con un quiste simple y ninguna desarrolló cáncer durante el seguimiento. Entre las 17.641 mujeres mayores de 50 años, aproximadamente el 13 por ciento (2.349 mujeres) fueron diagnosticadas con un quiste simple y solo una fue diagnosticada con cáncer.

En el análisis estadístico, el riesgo de desarrollar cáncer fue aproximadamente de cero en las mujeres con un quiste simple, independientemente del tamaño del quiste. Asimismo, el ultrasonido predijo con precisión la probabilidad de cáncer, para lo cual las probabilidades aumentaron significativamente en mujeres con masas quísticas complejas o de ovario sólido.

De esta forma, estimaron que el 6,5 por ciento de las mujeres posmenopáusicas con esas masas serán diagnosticadas con cáncer de ovario dentro de tres años. En contraste, las mujeres con quistes ováricos simples no se asociaron con un mayor riesgo de cáncer que aquellas con ovarios normales.

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