MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
Investigadores de la Universidad de Surrey en Guildford (Reino Unido) han descubierto que las dietas que plantean restricciones energéticas intermitentes, como la dieta 5:2 que propone comer cinco días a la semana y luego casi rozar el ayuno durante dos, es más eficaz para eliminar las grasas o lípidos de la sangre, en comparación con aquellas que conllevan una restricción continua.
Un hallazgo que, según los autores de este trabajo que publica la revista 'British Journal of Nutrition', serviría para reducir el riesgo de hiperlipemia, un factor importante para la enfermedad cardiovascular.
En su trabajo, los autores analizaron el impacto de la dieta 5:2 sobre la capacidad del organismo para metabolizar y eliminar grasa y glucosa después de una comida y compararon sus beneficios con los de la pérdida de peso lograda a través de un dieta de restricción calórica diaria más convencional.
Para ello, durante su trabajo los participantes con sobrepeso fueron asignados para seguir una dieta de 5:2 o una de restricción calórica diaria y se les exigió que perdieran el cinco por ciento de su peso.
Los que siguieron la dieta 5:2 comieron de forma normal durante cinco días mientras que en los dos más restrictivos apenas consumieron 600 calorías. Y al resto, se les pidió que al menos redujeran la ingesta en unas 600 calorías diarias, lo que se tradujo en una ingesta de unas 1.400 calorías en mujeres, y 1.900 en hombres.
TARDARON MENOS EN PERDER PESO
Gracias a ello, los voluntarios que siguieron la dieta 5:2 lograron una pérdida de peso del 5 por ciento después de 59 días, mientras que el resto necesitaron dos semanas más para conseguirlo, lográndolo después de 73 días de media.
Además, aproximadamente un 20 por ciento de los participantes en ambos grupos abandonaron el estudio antes de tiempo, bien porque no toleraron la dieta o porque no llegaron a bajar lo suficiente de peso.
Los investigadores encontraron que, después de la pérdida de peso, los participantes que siguieron la dieta 5:2 eliminaron la grasa (triglicéridos) de las comidas ingeridas de forma más eficiente que los participantes que realizaban otras dietas.
DIFERENCIAS EN LA SECRECIÓN DE INSULINA
Y aunque no hubo diferencias en el manejo de la glucosa después de la comida, los investigadores se sorprendieron al encontrar diferencias entre las dietas en lo que respecta a los péptidos C, un marcador de secreción de insulina del páncreas.
El estudio también encontró una mayor reducción en la presión arterial sistólica en los participantes con la dieta 5:2, que se redujo hasta un 9 por ciento en estos participantes mientras que en el resto se observó un pequeño aumento, del 2 por ciento, lo que puede reducir la incidencia de infartos o accidentes cerebrovasculares.
"Como se vio en este estudio, algunos de nuestros participantes sufrieron para tolerar la dieta 5:2, lo que sugiere que este enfoque no es adecuado para todo el mundo. La clave del éxito de la dieta es encontrar un enfoque que pueda mantenerse a largo plazo", ha destacado Rona Antoni, investigadora que ha liderado el estudio, ya que como se ha visto "quienes logran aguantar consiguen un impacto beneficioso en algunos factores de riesgo cardiovascular".