Pablo Puey cesa en el cargo y no está claro su futuro dentro de la compañía
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Stellantis reorganiza su cúpula en España y nombra al italiano Marco Cane, hasta ahora director financiero de Maserati, nuevo director general del grupo para España y Portugal en sustitución del argentino Pablo Puey, cuyo futuro dentro del fabricante todavía no está claro, según han confirmado fuentes del sector a Europa Press.
Puey, nombrado director general de Stellantis Iberia el pasado 1 de febrero, deja el cargo apenas unos días después de la salida precipitada del consejero delegado del fabricante de automóviles, Carlos Tavares, con motivo de la crisis que atraviesa la firma ante la caída de ventas de vehículos y la creciente competencia en el mercado automovilístico occidental tras el desembarco de varias marcas chinas.
De ahora en adelante, Cane será el encargado de gestionar el desarrollo de negocio de las marcas como Abarth, Alfa Romeo, Citroën, DS Automobiles, Fiat, Jeep, Lancia, Opel y Peugeot, además de supervisar la división de vehículos usados, la distribución, la posventa, los recambios y los servicios en el mercado español y portugués.
El nombramiento de Cane es parte de una reorganización más amplia de Stellantis en el sur de Europa tras el nombramiento de Antonella Bruno en octubre como responsable de negocio en Italia y el de Eurig Druce, que asumirá el liderazgo del grupo en Reino Unido.
INVERSIÓN MILLONARIA
Este relevo se conoce el mismo día en el que Stellantis y la china CATL han anunciado la creación de una 'joint venture' para la construcción de una planta de baterías --gigafactoría-- de baterías de fosfato de hierro y litio (LFP) en Zaragoza, con una inversión de hasta 4.100 millones de euros.
La fábrica, que se prevé que inicie su producción a finales de 2026 en la planta de Stellantis de la región aragonesa, podría alcanzar una capacidad de hasta 50 gigavatios/hora (GWh) en función de "la evolución del mercado eléctrico en Europa" y del apoyo continuo de las autoridades de España y la Unión Europea.
La operación, sujeta al visto bueno de las autoridades regulatorias, se espera que se pueda cerrar a lo largo de 2025.