MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
El fabricante de vehículos Nissan quiere tener integradas baterías de estado sólido en sus vehículos eléctricos a partir de 2028, según han adelantado fuentes del grupo durante un desayuno informativo que ha tenido lugar este jueves en Madrid.
No obstante, también asegura que las fábricas que en estos momentos se están levantando para la producción de baterías "no están preparadas" para albergar la gestión de las baterías de estado sólido, ya que necesitan de unos "procesos diferentes" a las de estado líquido, las que actualmente equipa un coche sin emisiones.
"Queremos que las baterías sean más ligeras y compactas, pero todavía estamos investigando cómo conseguirlo", han asegurado desde el grupo, donde indican que el futuro de la movilidad eléctrica pasa por aumentar la tipología de baterías existentes en el mercado y la capacidad de los productos, lo que "ayudará a reducir los precios".
LAS ACCIONES SE TAMBALEAN EN BOLSA
Mientras tanto, las acciones de la compañía cotizadas en la Bolsa de Valores de Tokio se han llegado a disparar más de un 21% en las últimas horas a pesar de que a cierre de la sesión bursátil de este jueves cedían 0,9%, hasta cotizar sobre los 410 yenes (unos 2,5 euros por título) tras revelarse que el fondo activista Effíssimo Capital Management ha adquirido una participación de la compañía.
Las expectativas de que Effissimo aumente su participación por encima del 5% han llevado a los inversores a cubrir sus posiciones cortas abiertas la semana pasada tras anunciar un plan de ajuste que contempla el despido de hasta 9.000 trabajadores a nivel global, principalmente en Estados Unidos y China, tal y como adelantó Europa Press.
A cierre de su primer semestre fiscal, el grupo japonés registró un beneficio neto de 19.200 millones de yenes (algo más de 115 millones de euros), lo que supuso un descenso del 93,51% respecto al mismo periodo de hace un año.
Esta situación financiera ha provocado un aumento de los rumores en Wall Street de que la compañía, con un valor de mercado de 1,54 billones de yenes (unos 9.524 millones de euros) podría ser objetivo de una adquisición próxima en el sector o desencadenar una reorganización más amplia en la industria automovilística japonesa.