MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
La asociación automovilística de Alemania (VDA, por sus siglas en alemán) insta a la Comisión Europea en una declaración este miércoles a que abandone sus planes para imponer aranceles --que está previsto que entren en vigor este jueves-- a la importación de vehículos eléctricos procedentes de China.
Desde la VDA aseguran que estas trabas comerciales perjudicarán a los fabricantes de automóviles europeos y estadounidenses que exportan desde China y que corren el riesgo de terminar siendo respondidos por represalias por parte de China con contraaranceles, lo que afectaría duramente a la industria alemana dado su alto volumen de exportaciones al gigante asiático.
En el último año, el valor de las exportaciones de automóviles de pasajeros de Alemania a China triplicó el valor de las importaciones desde aquel país mientras que el valor de las exportaciones de los proveedores de componentes fue cuatro veces el valor de las importaciones, según los cálculos de la asociación.
De esta manera, los fabricantes germanos instan a la Comisión Europea a centrarse en asegurar a la industria el suministro de materias primas críticas, muchas de las cuales están controladas por China, para fomentar la producción de coches eléctricos al tiempo que piden reducir las barreras de acceso al mercado e incrementar una mayor transparencia en política comercial.
"Los aranceles antisubvenciones no son una medida adecuada para fortalecer la competitividad y la resiliencia europeas a largo plazo", afirman en el documento.
China representa alrededor del 30% de las ventas de los fabricantes de automóviles alemanes, y Alemania es con diferencia el mayor exportador de vehículos habiendo enviado un volumen de más de 1.000 millones de euros al país que dirige Xi Jinping desde principios de este año, acorde a los datos de las aduanas chinas.
Un tercio de los economistas alemanes, según la encuesta del IFO publicada este miércoles, consideran que los aranceles son una medida apropiada para contrarrestar los subsidios públicos chinos mientras que otro tercio dice temer una futura guerra comercial entre occidente y China.