MADRID, 12 (EUROPA PRESS)

Varios ministros del Gobierno de Alemania se han posicionado en contra de los aranceles a la importación de vehículos eléctricos procedentes de China que ha anunciado este miércoles la Comisión Europea y piden entablar conversaciones con el Gobierno de Xi Jinping para evitar una "guerra comercial" con el gigante asiático.

El vicecanciller, Robert Habeck, ha respaldado poner en marcha paneles de negociación con China para resolver lo que ha calificado como un "estancamiento comercial" y ha advertido de que la Unión Europea se enfrenta a una escalada de tensiones entre los bloques.

"Es crucial que hablemos y lo hagamos ahora", ha asegurado Habeck, al tiempo que ha enfatizado la necesidad de actuar con mesura, ya que insiste en que "los aranceles son siempre el último recurso como medida política y, a menudo, el peor camino que se puede seguir".

El ministro alemán de Transportes, Volker Wissing, miembro del partido liberal, también ha advertido de las posibles consecuencias de los aranceles punitivos.

"Los aranceles de la Comisión Europea afectarán a las empresas alemanas y a sus productos estrella. Los vehículos deben abaratarse a través de una mayor competencia, mercados abiertos y condiciones de producción significativamente mejores en la UE, no a través de guerras comerciales y la exclusión del mercado", ha dicho en X.

LAS ASOCIACIONES DEL SECTOR MUESTRAN SU RECHAZO

Por su parte, la asociación alemana de la industria de la automoción (VDA, por sus siglas en alemán), ha calificado los aranceles como un "obstáculo" a la cooperación mundial y ha asegurado que la medida aumentará el riesgo de futuros conflictos comerciales.

"También es un hecho que los derechos compensatorios sobre los coches eléctricos importados de China no son adecuados para reforzar la competitividad de la industria automovilística europea", ha apuntado la presidenta de la asociación, Hildegard Müller.

La Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK, por sus siglas en alemán) también ha señalado que la medida podría provocar un incremento de las tensiones con China, aunque considera que también le corresponde a Pekín acercarse a Bruselas con "propuestas constructivas para poner fin de forma coherente y rápida a los comportamientos que distorsionan la competencia", a fin de evitar una escalada entre los territorios.

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