Ya nadie habla de recesión pero... ¿debe el inversor estar tranquilo?
Los inversores nadan en aguas mucho más tranquilas en esta recta final de año. Los buenos datos macroeconómicos que se han ido conociendo, unidos a las previsiones de los analistas para 2020, mucho menos agoreras, han rebajado la tensión en los mercados y han elevado el optimismo. Los temores a la recesión se han volatilizado de un plumazo, aunque quizá sea mejor no echar aún las campanas al vuelo.