Una de las claves en la gestión del riesgo, es la diversificación, que viene a ser, no poner todos los huevos en la misma cesta.
Una de las primeras preguntas que me hacen los inversores, es con cuanto dinero empezar para poder hacer una cartera. Lo ideal sería poder poder comprar 7 u 8 valores. A partir de 7 u 8, matemáticamente es una diversificación bastante aceptable, y a partir de la cual, añadir un valor más, ya no cambia sustancialmente la gestión del riesgo.
Obviamente, como ya apunté en otro artículo, no solo debemos diversificar en número de activos, si no que también vendría bien que fueran acciones de sectores diferentes y no estaría mal que también algunas de países distintos. En mi caso invierto en Europa y EEUU, con cierto sesgo a sobreinvertir en España, ya que son las acciones que más seguía y conocía. Este sesgo con el paso de los años se ha ido atenuando en gran medida.
Y llega la hora de dar respuesta a la pregunta anterior. Vale quiero comprar 7 valores por ejemplo. ¿Cuánto dinero necesitaría? Para que las comisiones no supongan un porcentaje importante y no necesites una revalorización importante solo para quedarte en tablas, sería adecuado que al menos fueran 1.500/2.000 euros por título. Por lo que a partir de 12.000/15.000 euros ya se puede un inversor plantear comenzar a construir su cartera de acciones.
Obviamente cuánto más capital menos problemas para poder diversificar, si bien cuando tengamos capitales más grandes, hay que tener cuidado no sobrediversificar, que sería el efecto contrario a no diversificar.
Es decir, imaginemos que cada vez tenemos más dinero, (bendito problema) pues en mi opinión, sería adecuado entrar con más dinero en cada posición y no incrementar el número de empresas hasta el infinito, ya que no tendría ningún sentido. De comprar muchísimas empresas de sectores y países diferentes, acabaríamos “comprando el mercado”. Si hacemos esto sería mucho más eficiente y barato, hacerlo con un ETF que comprando un montón de acciones individuales.
Tenemos que tener en cuenta, que aunque de inicio puede ser simple y eficaz, no tenemos porqué entrar con el mismo capital en cada posición y podemos sobreponderar aquellas estrategias que más nos gusten.
Hay inversores que tienen una gran convicción en unas pocas acciones y concentran su cartera al máximo. Esta filosofía es respetable, pero poco recomendable para inversores principiantes, que pueden ver al traste su rentabilidad, si una de sus 2 o 3 inversiones sale mal. Un extremo en este sentido, es la máxima concentración de Monish Pabrai, que a cierre del 3 trimestre del 2018 solo tenía una posición en cartera (Fiat Chrysler) o en menor medida, pero también muy concentrado, el famoso Bill Ackman.
Cuando un inversor ya posee mucha experiencia, al final la decisión de diversificar o concentrar tu cartera en mayor o menor medida, vendrá marcada por tu sistema o tu método. Método que habrás modificado y ajustado, conforme a tu personalidad. Es decir tendrás en tu cartera un máximo de acciones con las que te sientas cómodo.
En mi caso, no estaría cómodo teniendo toda mi cartera, concentrada en un solo valor. Asumo que puedo perder dinero en cualquier posición que tomo en bolsa, pero se que siguiendo mi método a la larga ganaré dinero, por lo que prefiero diversificar, al no saber cual de mis caballos, será el caballo ganador.