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El índice S&P 500 alcanzó un nuevo máximo histórico la semana pasada, lo que puede hacernos dudar a la hora de entrar en el mercado. Con los precios más altos que nunca, puede parecer que nos estamos preparando para arrepentirnos.

Pero antes de que decidamos sentarnos y esperar una caída, debemos tener en cuenta lo siguiente.

1. El mercado alcanza máximos históricos más a menudo de lo que creemos. El S&P 500 ha alcanzado un nuevo máximo en cerca del 30% de los más de 1.000 meses analizados desde 1926. Si intentamos esquivar esos momentos, podríamos perder un montón de oportunidades.

2. Históricamente, invertir en un pico de mercado no ha perjudicado la rentabilidad. Más bien al contrario. La rentabilidad a 12 meses de un nuevo máximo es, de media, un 10,3% superior a la inflación, frente al 8,6% en otros momentos. Los rendimientos a dos o tres años también son ligeramente mejores, demostrando una tendencia similar.

3. La caída que esperamos ver es bastante rara después de un máximo histórico. En el periodo de un año posterior a cada máximo histórico, las caídas superiores al 10% sólo se produjeron en un 6,5% de los casos. Y a más largo plazo, son aún más raras. Desde 1950, el S&P 500 nunca ha caído más de un 10% en un periodo de 10 años tras alcanzar un máximo histórico.

Pero claro, entonces podemos pensar "¿y Japón?". Sí, Japón tardó 30 años en volver a sus máximos de 1989, pero eso es una excepción, no la regla. La economía estadounidense no se enfrenta ni de lejos al mismo tipo de presiones que sufrió Japón entonces. Y las empresas que están impulsando el repunte del S&P 500 son sólidas.

Así que, en vez de intentar predecir hacia dónde se dirige el mercado, centrémonos en lo que podemos controlar. Por tanto, lo más conveniente es mantener nuestra cartera diversificada, invertir con regularidad y vigilar las comisiones de inversión. Nadie puede predecir el futuro, pero la historia nos muestra que las acciones suelen tender al alza con el paso del tiempo. Los máximos históricos no son necesariamente una señal de alarma; de hecho, podrían ser una señal de que hay más crecimiento por delante.

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