En las previsiones de tipos de interés para este año no se espera que ninguno de los principales bancos centrales del mundo suba su tipo oficial, y de los cinco bancos centrales más seguidos, el de China podría rebajar aún más sus tipos de interés.
Christine Lagarde, desde el BCE y tras unos inicios algo dubitativos en marzo, siguió con decisión la estela de la Fed y con el último incremento de diciembre tiene actualmente un arsenal a su disposición de €1.85 trillones. Ha sido clave para que el consejo de gobierno del banco aprobara incrementar este paquete en diciembre el hecho que no significa necesariamente el uso completo de toda la liquidez, que se podría usar a un ritmo de unos €25 mil millones mensuales durante el año. Con el tipo base actualmente al 0% y la facilidad de depósitos (remuneración de los depósitos de los bancos de la zona euro en el BCE) en negativo al -0.5%, no parece que habrán cambios durante el año.
En la Fed americana, Jerome Powell podrá finalmente trabajar sin las injerencias y presiones de Trump y además con la ex presidenta de la Fed Janet Yellen como nueva jefa del tesoro americano, será más fácil coordinar las políticas monetaria y fiscales. Con los tipos actualmente en el rango del 0%-0.25% y una inyección de liquidez a un ritmo de al menos $120 mil millones mensuales, no esperamos grandes variaciones en los próximos dos años. Viendo las declaraciones de Powell de diciembre cuando dijo literalmente que “…continuaremos usando nuestras herramientas por el tiempo que sea necesario hasta que el trabajo esté hecho y completo. Que nadie tenga ninguna duda…“ creo sinceramente que no hace falta añadir mucho más.
El Banco de Inglaterra, vieja dama de Threadneedle Street, con los tipos al 0.1%, ya ha advertido que intensificará su política monetaria, incluso Andrew Bailey podría ser el primer gobernador de la entidad que llevara los tipos en negativo si fuera necesario por las incertidumbres del Brexit y de la nueva cepa de la pandemia. Sin embargo, me parece, que no será necesario porque ese brexit tan controvertido, ha conseguido un acuerdo de salida muy razonable para el Reino Unido ya que seguirá teniendo acceso al merado único sin nuevos aranceles (eso sí, con más burocracia en las aduanas) habiendo recuperado totalmente su soberanía legislativa para regular, entre otras materias, las relaciones comerciales a su antojo. De hecho, la primera sesión bursátil del año 2021 reflejó claramente esta visión con una subida de casi el 2% del FTSE 100.
El Banco de Japón, con los tipos ya en negativo (-0.1%), tiene como principal reto mantener la efectividad de su política monetaria al tener un menor margen de actuación en materia de tipos y probablemente mantendrá los actuales niveles de su programa de compra de fondos cotizados (ETFs) y fondos inmobiliarios (REITs). La política corporativa japonesa extremadamente prudente de mantener recursos ociosos y que la penalizó durante el 2019 ha dado sus frutos durante el 2020, permitiendo que el Yen siga siendo una moneda fuerte de reserva y la bolsa, una de las más estables del mundo. Este escenario debería continua igual en el presente año.
Y finalmente, en cuanto al Banco Popular de China, este actuó con decisión para afrontar la crisis de la pandemia con una bajada histórica de tipos hasta el 2.95% con políticas cuantitativas expansivas y creemos que seguirá firme en su camino durante el 2021. Sin embargo, esperando que su crecimiento económico será muy potente durante el primer semestre, probablemente para la segunda mitad del año, el banco central podría nadar y guardar la ropa. Es decir, por un lado, podría empezar a reducir su inyección de liquidez junto a algún recorte adicional de tipos para compensar posibles efectos indeseados de esa menor base mentaría.
En definitiva, vemos como, aún sabiendo que en la segunda mitad del año los “halcones” probablemente presionarán para la retirada de estímulos monetarios y las subidas de tipos, creo que los principales banqueros centrales del mundo continuarán con una clara vocación expansiva hasta bien entrado el 2022. No en vano, la gran coordinación en el ámbito monetario (banqueros centrales), en el ámbito fiscal (ministros de finanzas) y en el ámbito sanitario (científicos investigando para diseñar varias vacunas en un tiempo récord) ha sido un éxito no del todo valorado que ha permitido, por ejemplo, alejar una crisis de la deuda soberana como la vivida durante la Gran Recesión.
Robert Casajuana i Alujas ( @CasajuanaRobert )
Socio Economista SLM ( www.slm-afi.es )
Profesor y Director Académico de ISEFi ( www.isefi.es )