
El mercado tecnológico ha entrado en una fase de turbulencias que pocos anticipaban. La caída de NVIDIA, el gigante de los semiconductores y proveedor esencial para la inteligencia artificial, ha sido una de las mayores sacudidas de los últimos años. En un solo día, la compañía perdió 589.000 millones de dólares en valor de mercado, lo que representó un 16,86% de caída en sus acciones. Este derrumbe arrastró a todo el sector tecnológico estadounidense, que en conjunto perdió más de 1,5 billones de dólares en capitalización bursátil.
El motivo de esta crisis no fue un fallo en los productos de NVIDIA ni una mala decisión empresarial, sino el lanzamiento de DeepSeek V3, un modelo de inteligencia artificial desarrollado por una joven startup china. Con menos de dos años de existencia, la empresa ha conseguido poner en jaque a los gigantes del sector y, con ello, ha reavivado la competencia entre Estados Unidos y China por el dominio de la inteligencia artificial.
Esta estrategia de DeepSeek abarata el acceso a la IA y democratiza su uso, lo que podría debilitar la posición dominante de las empresas estadounidenses
La diferencia clave de DeepSeek radica en su modelo de negocio. A diferencia de OpenAI, Google o Anthropic, que han construido modelos cerrados y comercializados bajo suscripciones o licencias, DeepSeek ha optado por un modelo de código abierto. Esto significa que cualquier empresa o desarrollador puede acceder a su tecnología, modificarla y adaptarla a sus propias necesidades sin depender de proveedores externos. Esta estrategia no solo abarata el acceso a la inteligencia artificial, sino que también democratiza su uso, lo que podría debilitar la posición dominante de las empresas estadounidenses.
Además, el modelo de DeepSeek ha sido desarrollado con una inversión significativamente menor que la de sus competidores. Mientras OpenAI habría invertido más de 100 millones de dólares en el desarrollo de GPT-4, la startup china afirma haber gastado solo 5,6 millones de dólares en entrenar a DeepSeek V3. Si esta cifra es cierta, se estaría poniendo en entredicho el verdadero costo de desarrollar inteligencia artificial a gran escala y, con ello, el valor real de muchas empresas del sector que han justificado sus altas valoraciones por el capital necesario para entrenar estos modelos.
Más allá de la competencia puramente comercial, la irrupción de DeepSeek tiene implicaciones geopolíticas. Mientras que en EE.UU. la inteligencia artificial está dominada por empresas privadas con financiación de inversores y corporaciones, en China el enfoque es diferente. El gobierno chino ha estado impulsando una estrategia de inversión masiva en inteligencia artificial, buscando posicionarse como líder mundial en esta tecnología. Esta estrategia gubernamental no sólo pone en riesgo el dominio de las tecnológicas estadounidenses, sino que también podría generar una nueva guerra económica basada en la inteligencia artificial.
La reciente caída de NVIDIA y el avance de DeepSeek demuestran que el mercado está en plena transformación
Uno de los frentes más inmediatos de esta disputa es el legal. OpenAI y Microsoft han iniciado una investigación sobre la posibilidad de que DeepSeek haya utilizado ingeniería inversa para extraer conocimiento de los modelos de OpenAI. En concreto, se sospecha que la startup china empleó un proceso llamado destilación, que permite entrenar modelos más pequeños a partir de los resultados de modelos más avanzados sin necesidad de acceder directamente a su código fuente.
Si estas sospechas se confirman, podrían derivar en demandas millonarias por infracción de derechos de autor y robo de propiedad intelectual. Además, DeepSeek enfrenta otro problema legal: su propia marca podría estar en riesgo en EE.UU., ya que Delson Group registró el nombre "DeepSeek" 36 horas antes que la startup china, lo que podría impedirle operar en el mercado estadounidense bajo esa denominación.
El impacto de esta situación no es menor. Una disputa legal prolongada entre OpenAI y DeepSeek podría ralentizar la evolución de la inteligencia artificial y generar incertidumbre en el mercado. Para los inversores, esto representa un nuevo factor de riesgo, ya que la inteligencia artificial es una industria en pleno auge, pero altamente dependiente de la regulación y la propiedad intelectual.
A largo plazo, el gran cambio que está en marcha no es solo la rivalidad entre EE.UU. y China, sino el avance de los agentes de inteligencia artificial. OpenAI ya está desarrollando Operator, un modelo que irá más allá de responder preguntas y será capaz de automatizar tareas repetitivas en las empresas. Con esta evolución, la inteligencia artificial dejará de ser solo una herramienta de consulta para convertirse en un actor operativo en el mundo corporativo, optimizando procesos de gestión, ventas y servicio al cliente sin intervención humana.
Este cambio traerá consigo una reestructuración del mercado laboral, donde muchas funciones administrativas podrían automatizarse, aumentando la eficiencia de las empresas pero también generando dudas sobre el impacto en el empleo. La pregunta clave es si las empresas están preparadas para integrar estos sistemas en sus operaciones o si quedarán rezagadas frente a la competencia.
Para los inversionistas y ejecutivos, la inteligencia artificial sigue siendo un campo de oportunidades, pero la reciente caída de NVIDIA y el avance de DeepSeek demuestran que el mercado está en plena transformación. La clave estará en diferenciar las empresas que realmente tienen un modelo de negocio sostenible de aquellas que dependen de la especulación en torno a la inteligencia artificial.
Los próximos meses serán clave para determinar el futuro del sector. Si DeepSeek logra consolidarse y el modelo de código abierto gana terreno, el dominio de la inteligencia artificial podría cambiar de manos, y con él, la estructura misma del mercado tecnológico global.