Una inversión de la curva de rendimientos (cuando los rendimientos a largo plazo son inusualmente más bajos que los de corto plazo) suele considerarse un mal presagio. Esto se debe a que suele ocurrir cuando la Reserva Federal (Fed) sube los tipos de interés a corto plazo para frenar la economía. Estas inversiones tienen un historial excepcional a la hora de anticipar recesiones, pero lo que no indican es cuándo se producirá la recesión, ya que la curva suele permanecer invertida durante un periodo prolongado antes de que surja la recesión. Para tener una mejor idea de cuándo se producirá la recesión, podemos fijarnos en el momento en que la curva se eleva tras una inversión.
Pero atención: la curva puede inclinarse de dos maneras:
1. Puede "dirigirse a la baja", cuando los tipos de interés a largo plazo suben más deprisa que los de corto plazo.
2. Puede ser "alcista", cuando los tipos de interés a largo plazo caen más rápido que los de corto plazo.
Históricamente, la tendencia alcista ha sido una mala señal para la economía y la renta variable, ya que se produce cuando los inversores esperan una ralentización de la actividad económica lo suficientemente acusada como para justificar un recorte de los tipos por parte de la Reserva Federal. Pero, curiosamente, el operador de divisas y autor Brent Donnelly ha descubierto que una inclinación bajista que se produce mientras la curva de rendimiento está invertida (barras azules) también puede ser un indicador fiable de que se está gestando una recesión (barras rosas) y una corrección de las acciones (línea negra).
Por supuesto, hay muchos otros factores que impulsan la economía y la evolución de la bolsa. Pero con la curva actualmente invertida y la tendencia bajista en aumento, podemos darnos por advertidos.