Conforme los tiempos cambian, las rutinas personales también lo hacen. El mundo digital ha dado pasos agigantados en las últimas décadas, transformando la concepción de la manera de vivir en la sociedad y la manera de operar en los diferentes ámbitos del sector. Pero aún quedan muchos hábitos por aprender.
¿Pero qué es la digitalización?
Consiste en transformar cualquier información para poder tratarla en un ordenador. Es decir, toda aquella operativa llevada a cabo de manera personal, se puede convertir en información a través de ordenadores conformando un ahorro en diferentes aspectos: ahorro de personal, de movimientos físicos, ahorro en materias primas… Todo esto conlleva conseguir que los procesos sean más rápidos y eficientes.
La digitalización de la banca es una asignatura pendiente, aún queda mucho camino que recorrer pues solo está comenzando. La banca es conocedora de esta nueva situación y se quiere poner manos a la obra encontrando la fórmula ideal para asentar el mundo digital en sus operativas.
El mayor inconveniente lo encontramos en la idea generalizada de la sociedad; buscar operar a través de su oficina personal gracias a un gestor personal que pueda asesorar a cada cliente de la manera más 'efectiva'. Los clientes siguen acudiendo a los bancos, siguen manteniendo la concepción de dejar en manos de un profesional todo o parte de su patrimonio para que sea gestionado según sus criterios.
Pero esto está cambiando. Las nuevas generaciones, los nacidos a partir de los años 80, la 'Generación Y', están preparados y adaptados a la nueva concepción digital de las operativas. Es una generación ágil, conocedora de Internet, informada en el mundo digital y acostumbrada a todos los procesos más allá de las relaciones interpersonales. Y cada vez más mayoritaria e interesante para la ejecución de actividades de asesoramiento financiero inteligente.
La banca conoce esta nueva situación y busca hallar la formula perfecta que pueda abarcar esta nueva realidad junto al mantenimiento de las oficinas y gestores profesionales. Es decir, nos encontramos ante un nuevo reto actual: digitalización versus personalización.
Tras la crisis sufrida, la digitalización de las operaciones bancarias es una de las soluciones para mitigar los gastos de personal sufridos por la banca y el sector está atravesando uno de los caminos más complicados y arduos para encontrar la clave del asunto.
Sin duda, creemos que esta nueva concepción tendrá que trabajarse durante cierto tiempo y con seguridad se llegará a cambiar el concepto completamente.