• Dara Khosrowshahi sustituyó a Travis Kalanick al frente de la empresa
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Coche de Uber en MadridCEDIDA

Desde sus comienzos, Uber ha estado envuelto en muchas y muy diferentes polémicas. El sector del taxi nunca ha visto con buenos ojos la competencia de los vehículos negros de la compañía estadounidense. La salida de Travis Kalanick al frente de la compañía y la llegada de Dara Khosrowshahi ha cambiado por completo la política de la empresa intentando darle un giro a sus cuentas y una mayor cooperación con los reguladores.

Uber cerró 2017 con una pérdidas que rondan los 4.500 millones de dólares, un 61% más que los 2.800 millones que registró en 2016. A pesar de lo alarmante de la cifra, la compañía parece ver la luz desde que en septiembre llegó Dara Khosrowshahi al principal asiento de la empresa. El cambio de presidente y las primeras decisiones han dado su fruto en el cuarto trimestre del año en el que Uber redujo sus pérdidas hasta los 1.100 millones de dólares.

Los signos que hacen confiar a los analistas son que la cuota en el mercado estadounidense se ha estabilizado en torno al 70% después de caer desde el 82% que llegó a tener antes de una serie de escándalos el año pasado que golpearon muy duro la popularidad del servicio.

Además, la batalla legal entre Waymo, la app de Google, y Uber ha llegado a su fin para alegría de los inversores de Uber, que llegaron a pensar que la acusación de Waymo de robar información confidencial podría acabar en una guerra legal interminable y muy costosa. Un comunicado reconociendo la culpabilidad de Uber y el pago de 245 millones de dólares ha acabado con la guerra. Por último, los ingresos fueron la última de las buenas noticias en el cierre del año. La facturación aumentó hasta casi duplicarse en 2017 frente a 2016, alcanzando los 37.000 millones de dólares.

GUERRAS LEGALES

La regulación, o mejor dicho, la ausencia de ella en todos los países en los que Uber ha desembarcado ha sido uno de los principales escollos de la compañía en su internacionalización. Uber nació como uno de los muchos servicios de economía colaborativa surgidos en los últimos años en el que los usuarios compartían su coche para llevar trasladar a otros. Varios escándalos dieron al traste con este modelo y en la mayor parte de las ciudades ya está en marcha UberX, un servicio en el que los conductores pasan a ser profesionales y existe más control.

La diferencia entre las regulaciones de cada país ha complicado aún más la internacionalización de Uber. Una de las decisiones más polémicas del nuevo CEO Dara Khosrowshahi ha sido dejar algunas de las plazas más polémicas. Marruecos ha sido la última. "Desde que llegamos hace más de dos años, ha habido una falta de claridad sobre las nuevas plataformas como Uber y cómo encajan en el modelo de transporte existente", dijo Uber en un comunicado esta semana.

La explicación es que Uber se ha comprometido con los reguladores marroquíes para encontrar una solución definitiva al conflicto. "A pesar del diálogo constante, aún no hemos visto ningún progreso constructivo en las regulaciones y podemos decir con seguridad que hemos agotado todas las medidas posibles", alega la compañía.

La decisión anunciada ahora en Marruecos es similar a la que tomó en Noruego, o Finlandia, donde espera a que cambie el marco regulatorio para retomar su servicio. Además, varias ciudades europeas como París, Madrid o Bruselas vieron cómo Uber cancelaba su servicio a través de conductores no profesionales, pero seguía haciéndolo a través de conductores autorizados. Evitar los conflictos legales y acabar con los mercados menos rentables son las líneas maestras del nuevo plan de Uber.

LONDRES ABRE LA VEDA

Sin duda, Londres fue el primer gran problema al que tuvo que enfrentarse Khosrowshahi a su llegada. El Regulador de Transportes de la capital británica anunció que la compañía tendría que dejar de operar tras la no renovación de su licencia. Tras el anuncio se escondía una acusación mucho más seria. La frase, "la conducta de la compañía demuestra una falta de responsabilidad corporativa", escondía una acusación a Uber por no haber colaborado con la Policía y con el regulador en varios casos de agresión sexual y otros delitos producidos durante servicios de la compañía.

“De parte de todos en Uber globalmente, me disculpo por los errores que hemos cometido. Apelaremos la decisión en nombre de millones de londinenses, pero lo hacemos con el conocimiento de que también debemos cambiar. Como nuevo CEO es mi trabajo ayudar a Uber a escribir su próximo capítulo”, reconoció Khosrowshahi tras conocer la decisión. Fue el primer paso de la compañía dentro de su proceso de recurso.

Las palabras del nuevo jefe de la compañía no han caído en saco roto. Desde septiembre, Uber trabaja en mejorar su servicio en Reino Unido. "Estamos decididos a cambiar nuestra forma de hacer negocios, por lo que seguiremos escuchando y planearemos hacer otras mejoras en los próximos meses", dijo Tom Elvidge, responsable de Uber en Reino Unido.

El anuncio de que la compañía está dispuesta a informar de los incidentes violentos directamente a la policía y de que creará una línea directa para ayudar a los pasajeros y conductores llega sólo un día después de que el regulador anunciara nuevas medidas para los taxis privados. Reino Unido exigirá nuevas medidas energéticas y pondrá límites al tiempo que los conductores pueden pasar como máximo al volante, así como la obligación de compartir los datos de los viajes con la administración.

El anuncio ha sido recibido con las manos abiertas por Uber, que considera que cumple con todos los nuevos requisitos del gobierno, algo que ayudaría a recuperar de forma oficial su licencia para operar en Londres.

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