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Stranger Things pudo con el Demogorgon pero su producción se ha visto paralizada por la crisis del coronavirus. Y eso que es el buque insignia de la popular plataforma de streaming. ¿Se va a quedar Netflix sin series y películas que estrenar por la pandemia? Los de Reed Hastings han calmado los ánimos y asegurado a sus decenas de millones de suscriptores en todo el mundo que aún tienen programación para rato.
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Netflix, inmune al Covid-19, marca máximos históricos por el aumento de usuarios"Trabajamos muy a futuro respecto al resto de la industria", ha defendido el director de contenidos de Netflix, Ted Sarandos, durante la conferencia de analistas. "Y no pensamos cambiar", apostilla. A más de 180 millones de suscriptores en todo el mundo les gusta esto.
"Nadie sabe cuándo podremos retomar con seguridad la producción y si será o no posible viajar a varios países, cómo irán las negociaciones con los actores, técnicos...", reconocen sin embargo desde Netflix en la última misiva dirigida a sus accionistas.
Todo ha cambiado. La compañía ha movido la producción de todas sus series de animación para trabajar en ellas de forma remota. El mismo caso nos encontramos con la postproducción de más de 200 series y programas. El show debe seguir. Para ello acaba de pedir prestados otros 1.000 millones de dólares.
Si no puede rodar sus películas siempre puede comprar las de otros. Netflix es uno de los grandes escaparates audiovisuales del mundo (ahora más que nunca) y muchos estudios cinematográficos buscarán en la plataforma una vía de escape a sus filmes ya terminados pero incapaces de ver la luz ante el confinamiento con el correspondiente cierre de salas de cine en todo el mundo. Paramount Pictures está siendo uno de ellos.
SIEMPRE LE QUEDARÁ EL CENTRAL PERK
Netflix ha cerrado el primer trimestre del año con el estreno de más de 180 series, películas y programas en EEUU. La plataforma aspira a hacer lo propio en el segundo.
Otra gran baza de la compañía son las series clásicas como Friends y The Office. Pese a señalar una y otra vez que las nuevas producciones son las grandes catalizadores de nuevas suscripciones, la gran N es consciente del efecto arrastre que este tipo de series tiene y no ha dudado en hacerse con sus derechos incluso llegando a pagar 100 millones de dólares por ellos, como en el caso de la sitcom cafetera.