- Los contenidos con derechos de autor no pueden ser publicados y pueden ser penalizados con la expulsión
- La creación de perfiles falsos o con objetivos empresariales también está penalizada
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Dentro de la guerra de las grandes compañías de Internet por limpiar sus plataformas de contenido falso, irregular o dañino, una de las medidas más comunes por plataformas como Facebook es la supresión del perfil. Lo que los usuarios no saben es que no hace falta promover contenidos yihadistas o publicar fotografías íntimas para quedarse sin cuenta en la red social. Algunas prácticas habituales pueden acabar en la expulsión o ‘banneo’ temporal del usuario.
Si los 2.000 millones de usuarios activos que tiene Facebook fuesen reales significaría que una de cada 3,7 personas en el mundo tienen una cuenta activa en la red social fundada por Mark Zuckerberg. La verdad es que existe una cantidad de perfiles falsos utilizados con diferentes fines. Por interés de la propia compañía, la cantidad nunca se contabiliza, aunque de vez en cuando sí que presumen de haber llevado a cabo campañas en las que se borran miles de cuentas que dan a entender que el volumen no se trata de un número pequeño. Por ejemplo, Twitter acaba de anunciar haber borrado más de 1 millón de cuentas en los últimos tiempos por motivos de difusión de contenidos yihadistas, aunque nunca ha informado qué porcentaje de sus usuarios son reales, cuáles son mentira y cuáles son simples robots que generan contenido de forma automática.
Entre los motivos más conocidos por los que se puede perder la cuenta se encuentran aquellos que atentan contra la seguridad o la privacidad
Entre los motivos más conocidos por los que se puede perder la cuenta se encuentran aquellos que atentan contra la seguridad o la privacidad de otros usuarios. Publicar contenido audiovisual que ha sido robado y publicado sin el consentimiento de la otra persona es un delito, y también una de las causas más comunes de pérdida de la cuenta. También la difusión de contenidos que generen discriminación, odio o inciten a la violencia. Por ejemplo, todos aquellos perfiles utilizados por grupos radicales son perseguidos y eliminados lo más rápido posible.
Pero existen algunos otros motivos por los que Facebook puede bloquear e incluso llegar a eliminar la cuenta de un usuario que muchos de ellos desconocen.
Una de las primeras, y quizás más sorprendentes, es que ningún usuario puede abrir una cuenta siendo menor de 8 años, ni mayor de 80. Este es el rango de edades permitido por la red social para crear una cuenta, comprensible por casi todos en su nivel inferior y sorprendente en su margen superior. No tiene otro sentido que cumplir unos fines comerciales. Fuera de ese margen de edad no se considera un ‘target comercial’, es decir, un público suficientemente amplio y atractivo como para recibir publicidad. Como excepción al margen inferior, y para cumplir la legislación en Corea del Sur y en España, Facebook obliga a que los usuarios residentes en estos países tengan una edad mínima de 14 años para crear una cuenta.
La identidad es otra de las claves. Los perfiles de usuario no pueden ser utilizados para un uso empresarial. Para ese objetivo existe el formato de la ‘Página de Empresa’. El proceso exacto para que un usuario cree la identidad de una empresa en Facebook es que él mismo se cree un usuario y posteriormente con ese usuario personal registre una ‘fan page’ con toda la información de la empresa. De no cumplir con estos pasos, Facebook puede borrar el usuario, arruinando el trabajo realizado hasta el momento.
También relacionado con la identidad, no se pueden tener en la red social perfiles con nombres falsos o que suplan la identidad de otras personas. Datos como el nombre de usuario sólo puede ser cambiado cada cierto tiempo para impedir este tipo de acciones y en caso de ‘hackeos’ a la cuenta o algún fallo que haya alterado el nombre real del usuario, este tendrá que solicitar, mediante la plataforma de ayuda de Facebook, el cambio del nombre identificándose con la documentación que acredite su identidad.
En caso de ser denunciado por haber violado los derechos de autor, Facebook da una segunda oportunidad al usuario
Lo que se publica también puede ser motivo de acabar expulsado de Facebook. Los usuarios tienen a su disposición los términos y condiciones de uso de la red social en los que se limita mucho el contenido que se puede publicar. En términos generales, la plataforma exige respetar los derechos de otras personas y prohíbe publicar “contenido que infrinja o viole los derechos de otros o que viole la ley de algún modo”. En caso de ser denunciado por haber violado esos derechos, normalmente el usuario recibe una sanción por la cual no puede publicar durante un periodo de tiempo. Según la compañía, la primera denuncia se “considera que ha sido un error y se da la posibilidad de apelar la decisión”. En caso en que se infrinjan de forma repetida los derechos de propiedad intelectual de otra persona se desactiva la cuenta. Publicar un contenido sin derechos es, por ejemplo, una fotografía subida de una fuente desconocida o un vídeo con el golazo de la jornada.
Por supuesto, Facebook tiene prohibida la publicación de contenidos pornográficos o imágenes de alto contenido sexual. En caso de infringir esta norma se procede igual que con la publicación de contenidos sin derechos, tras el aviso la eliminación del contenido si se reitera la infracción se procede a la eliminación de la cuenta.
Por último, otra de las causas que pueden acabar con el usuario fuera de la red social es en función de su actividad. Facebook penaliza los comportamientos automáticos, los denominados ‘bots’, que únicamente buscan difundir mensajes en la red, muchos de ellos falsos o interesados por fines comerciales. Una de las formas en que el algoritmo de Google detecta a estos usuarios es porque generan un gran volumen de peticiones de amistad y de contenido publicado. Este comportamiento puede ser copiado sin querer por algunos nuevos usuarios de Facebook que buscan obtener nuevos amigos de forma rápida y que pueden acabar por tener una breve estancia en la red social al ser expulsados.
QUIÉN Y CÓMO SE DENUNCIA
Aunque Facebook tiene múltiples reglas por las que sus algoritmos intentan detectar todas estas infracciones es casi imposible que tengan tanto acierto como el filtro humano. Por este motivo, la plataforma siempre fomenta la colaboración de la comunidad.
Todos los contenidos y perfiles de usuarios, páginas o grupos pueden ser denunciados por un usuario. Cada denuncia tiene que venir acompañada por las respuestas a un sencillo formulario que trata de ayudar a Facebook para conocer mejor el motivo de la denuncia. Una única denuncia no lleva consigo el bloqueo o la eliminación del contenido o el perfil, en este paso también Facebook cuenta con sus normas dentro del algoritmo que intentan dar credibilidad y poner lógica a las denuncias que son recibidas. Como último paso, un filtro humano de la compañía se encarga de resolver las incidencias que las máquinas no han sido capaces de resolver o han resuelto de forma incorrecta. Este paso es el último recurso al que un usuario que haya sido denunciado puede acudir para levantar el castigo.