Los confinamientos que se han vivido en todo el mundo a causa del coronavirus han puesto a Internet en un lugar privilegiado. Ha pasado de ser parte del ocio del hogar a un imprescindible para el teletrabajo y al igual que a todo el mundo, la adaptación no ha sido fácil. Tanto que en España su velocidad durante estos meses se ha reducido un 6,6% según datos de un estudio realizado por HostingExperto.es.
A pesar de que los confinamientos se han dado en prácticamente todos los lugares del mundo, no en todos se han registrado disminuciones. En Alemania por ejemplo la velocidad entre el 14 de marzo y el 20 de junio ha aumentado más de un 5%. Una situación muy similar a la de Estados Unidos donde ha crecido un 3,32%.
Unos datos que contrarrestan con los mensajes lanzados desde las grandes compañías de telecomunicaciones. José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, ha asegurado en más de una ocasión que en España hay más fibra desplegada que en Alemania, Francia, Reino Unido e Italia juntos.
Por sacarle el lado positivo a la situación española, en Francia la velocidad de Internet durante este periodo se ha reducido en más de un 7%. Por debajo de España y Francia se encuentran países como Canadá, Holanda o Nueva Zelanda.
Entonces, ¿por qué en España la velocidad se redujo, pero en Alemania aumentó? Robert Brandl, fundador de HostingExperto.es explica que se debe a que "el confinamiento en España fue más duro que en otros países, lo que hizo que nuestra infraestructura sufriera más estrés”.
Los españoles han pasado de media 75 horas a la semana conectados a Internet, lo que supone un incremento del 67% con respecto a las 45 horas que se pasaban antes del confinamiento. Y más allá de la bajada en la velocidad, no se han producido grandes problemas para los usuarios.
La conclusión es clara, la red española puede soportar un confinamiento en el que la gran parte de la población está teletrabajando y para evitar una nueva disminución de la velocidad las 'telecos' deben seguir apostado por las infraestructuras. "Hay que ofrecer conexiones de Internet de alta velocidad en todo el territorio, incluso en áreas rurales, y hacerlas aptas para todos los bolsillos, de manera que los ciudadanos sin recursos no se queden fuera”, concluye Brandl.