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La inteligencia artificial (IA) se está convirtiendo en uno de los grandes catalizadores de los mercados en lo que va de año, haciendo que las firmas que apuestan por esta tecnología vean como su cotización se dispara. Sin embargo, los analistas dudan de que esta tendencia se pueda mantener en el largo plazo, y diseccionan sus principales fortalezas y debilidades en busca de pistas sobre su futuro.

Los analistas de DWS subrayan que algunas de las grandes compañías que apuestan por la IA "están operando a ratios precio-beneficios históricamente altas, algunos de ellos incluso por encima de 200", y consideran que "con valoraciones tan vertiginosas, es difícil no pensar en ciertos paralelismos con el entusiasmo tecnológico de finales del milenio", la conocida como burbuja de las puntocom.

"Estos paralelismos, aunque superficiales, pueden resultar engañosos. Históricamente, es relativamente común encontrar ratios precio-beneficio altas en acciones tecnológicas de áreas novedosas, sobre todo, dado el considerable potencial de crecimiento que tales empresas podrían ofrecer. Aun así, las altas ratios precio-beneficios solo están justificadas si, y cuando, el crecimiento esperado en los beneficios finalmente se materializa", aseguran.

En ese sentido, recuerdan que "los múltiplos de los beneficios están muy por encima de las medias históricas, lo que sugiere expectativas de un fuerte crecimiento futuro", si bien " el múltiplo de 35 veces los beneficios del NASDAQ 100 sigue estando muy por debajo de su máximo histórico de más de 110 alcanzado durante el pico del auge de las puntocom".

"Al mismo tiempo, las expectativas de beneficios han estado aumentando recientemente, lo que sugiere que el actual repunte está impulsado principalmente por las expectativas de un aumento en los beneficios en los próximos trimestres", aseguran, y agregan que "una comparativa más actualizada podría ser la era de las Web 2.0 durante mediados de la década de 2000".

En este sentido, ponen el foco en que "en la actualidad, solo unas pocas empresas muy experimentadas están desarrollando e implementando modelos de IA de manera rentable en su conjunto de productos", lo que invita a pensar que "la mayoría de las empresas apenas están empezando con la IA y los eventuales ganadores de este campo podrían aún no haber nacido".

"Como con cualquier otro producto, no todos los participantes del mercado desarrollarán productos rentables", advierte Felix Armbrust, gestor del DWS AI, quien considera que "identificar a los ganadores y perdedores de la IA requiere inversores experimentados que tengan una visión realista sobre el tema".

LAS PRINCIPALES FORTALEZAS DE LA IA

Más allá de los paralelismos que puedan existir entre la situación de la IA y otras tecnologías que terminaron por quedarse en el camino, existen importantes fortalezas que podrían hacer triunfar a este avance, como por ejemplo el potencial aumento de la productividad.

"Investigaciones recientes de McKinsey estiman que la IA generativa podría añadir el equivalente a entre 2,6 y 4,4 billones de dólares anuales en 16 funciones empresariales globales. Sin embargo, llegar hasta este punto podría llegar algo de tiempo", consideran

Por este motivo, aseguran que será necesario esperar para conocer el verdadero potencial de esta tecnología, ya que "en la IA, como en otras áreas, una buena idea a menudo pasará desapercibido y solo se consolidará más tarde como la base de un avance sustancial en la IA".

"Por supuesto, incluso las herramientas de IA ya desarrolladas podrían traer cambios revolucionarios en la productividad de numerosas profesiones, una vez que las empresas aprendan a aprovecharlas en su máximo potencial. La inteligencia artificial, como las máquinas de vapor o la electricidad, es una tecnología de uso general que tardará en ser adoptada por todos los sectores", agregan.

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