Un fallo en el cohete Vega de la ESA, la Agencia Espacial Europea, ha provocado la pérdida del satélite de observación Ingenio tras su lanzamiento a las 2.52 UTC el pasado martes desde Kourou, Guayana Francesa. El fracaso de la misión ha supuesto una pérdida de 200 millones de euros y ocho años de trabajo.
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El Tesla lanzado al espacio en 2018 hizo su primera aproximación a MarteEl cohete Vega de Arianespace, que llevaba el satélite español SEOTSAT Ingenio se desvió a los 8 minutos de vuelo, acabando con ocho años de trabajo. La ESA lo explicó en un breve comunicado, "a los 8 minutos del despegue de la misión Vega VV17, tras el primer encendido del motor de la etapa superior AVUM, se identificó una desviación de trayectoria que conllevaba la pérdida de la misión".
La misión iba a ser un hito al tratarse del primer satélite 100% español, encargado de ‘vigilar’ desde el espacio el estado de los suelos, del agua, aire e incluso la contaminación de las ciudades.
Liderado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), el coste total del Gobierno en este proyecto, iniciado en 2008, es de aproximadamente 200 millones de euros. Ha sido la primera vez que España diseña y desarrolla un sistema completo espacial. De hecho, los contratistas principales, el subsistema, los equipos, los operadores y la explotación comercial ha sido española. Consiguió reunir a un total de 10 empresas en el que ha sido definido como el más importante hecho en España.
Tanto Arianespace, la compañía francesa encargada del lanzamiento del cohete, como la ESA, han creado una comisión de investigación para aclarar el fracaso del lanzamiento del satélite español Ingenio. Al parecer, errores de integración del cohete malograron la misión.
Con todo, lo más preocupante no es sólo que el Ingenio haya sido destruido por el Vega francés, sino que es la segunda vez que este cohete se estrella en menos de 16 meses. El vehículo de lanzamiento ya sufrió un fallo de propulsión en julio de 2019 con pérdidas estimadas de hasta 369 millones de euros,
En este caso, el cohete despegó como estaba programado. Las primeras tres etapas funcionaron de manera normal hasta el encendido de motores de la etapa superior AVUM (Attitude and Vernier Upper Module), cuyo propulsor está fabricado por Yzhnoye, ocho minutos después de la salida de la plataforma de lanzamiento. En ese momento se detectó una trayectoria degradada, seguida de una pérdida de control del vehículo y la posterior pérdida de la misión.
Las primeras averiguaciones anunciadas por la compañía se han desmarcado del error técnico achacando el fallo a uno humano. Según los primeros datos, el fallo habría sido en la conexión de los cables del sistema de control. Como suele ocurrir en este tipo de situaciones, el fallo está siendo investigado en mayor profundidad por la propia Arianespace que utilizará la telemetría de a bordo para descubrir el origen de la desviación. Una investigación que puede dilatarse semanas o incluso meses.
La Comisión proporcionará pruebas detalladas "para explicar por qué no se tomaron medidas para identificar y corregir el error de integración", según informa Arianespace en un comunicado.
Otro punto a tener en cuenta es que el satélite español no tenía un seguro que pudiera cubrir estas circunstancias. Según un informe de Mapfre, tan solo el 60% de todos los satélites lanzados en 2017 estaban asegurados. Para el coste total de Ingenio, por tanto, no se firmó ningún tipo de póliza de seguros.
La Comisión formulará una hoja de ruta para el regreso del cohete Vega al vuelo en condiciones de total confiabilidad. Arianespace y la ESA presentarán conjuntamente las conclusiones de esta comisión. Como propietaria del cohete, Arianespace expresa sus más "profundas disculpas" a los clientes y fabricantes de satélites involucrados en esta misión.