Seguro que alguna vez has notado que tu smartphone se calienta demasiado y no has sabido por qué. Te contamos las razones por las cuales puede ocurrirte eso y también cómo evitarlo.
La realidad es que cada uno de los smartphones que usamos a diario tienen procesadores muy potentes, en ocasiones, más de un GB de RAM y pantallas gigantes con resoluciones HD, lo que implica que los procesadores tengan que rendir al máximo para que funcionen con fluidez.
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La mayoría de terminales ya incorporan sistemas de aviso para evitar el sobrecalentamiento. En un ordenador normal, el aparato se reiniciaría o se apagaría sin previo aviso para evitar daños en el procesador. En el caso de los móviles, tienen unos rangos de temperatura máxima y mínima con la que pueden funcionar y si se superan, el teléfono lanza un mensaje que impide su funcionamiento hasta que se restablezca la temperatura.
Los móviles tienen unos rangos de temperatura máxima y mínima con la que pueden funcionar
Si además de darle un uso intensivo, el teléfono está expuesto a la luz solar directa en un lugar en el que la temperatura ambiente sea superior a 35 grados existe una triple amenaza. Por un lado, el calor ambiental perjudica al móvil, por otro, la luz solar directa calienta el terminal, sobre todo si es negro. Por último, el brillo de la pantalla será mayor para poder usar el terminal, por lo que la pantalla trabaja más duramente y eso también aumenta la temperatura.
El uso del GPS también puede calentar el teléfono si se utiliza durante largo rato. De nuevo el tener un dispositivo interno funcionando así como los datos móviles y la pantalla encendidos, aumenta la carga de trabajo del terminal. El uso de cargadores con más amperaje del que necesita el teléfono harán que cargue más rápido, pero también pueden sobrecalentarlo.
¿CÓMO EVITAR ESTE SOBRECALENTAMIENTO?
Una vez expuestas las causas más comunes de calentamiento, la solución es fácil. Evita la exposición del teléfono a la luz solar directa durante largo rato, así como utilizarlo con aplicaciones que exijan muchos recursos cuando la temperatura ambiente supere los 35 grados.
También puedes regular el brillo de la pantalla para que no se dispare o ponerlo en modo automático, de modo que el propio teléfono detectará cuando necesita más luz y cuando puede atenuar el brillo. Apaga las funciones de conectividad que no uses, como el Bluetooth o la conexión WIFI, con eso ahorrarás batería y también contribuirás a que no ascienda demasiado la temperatura.
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