MADRID, 29 (Portaltic/EP)
La violencia doméstica se ha disparado durante los últimos meses, en muchos casos, debido al confinamiento de las víctimas junto a sus agresores. En esta situación, la tecnología ha jugado un papel clave mediante un mal uso de la misma, lo que ha llevado al sector a proponer cinco principios que eviten que la tecnología contribuya a la violencia doméstica.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Europa, durante el mes de abril, ha habido un aumento del 60 por ciento en las llamadas de emergencia de mujeres que han sido objeto de malos tratos por parte de sus parejas.
En España, el número de llamadas y consultas 'online' para la atención de víctimas de violencia también se ha incrementado durante los dos últimos meses: según cifras del Ministerio de Igualdad, se han registrado 18.700 peticiones de asistencia, 7.125 más que en el mismo periodo de 2019.
Desde que comenzó la pandemia de la Covid-19, el ecosistema tecnológico ha destacado por ofrecer soluciones y propuestas para ayudar a mejorar el día a día de las personas. Facilitar la enseñanza a distancia, mejorar el acceso a información relevante sobre el virus, o acelerar la investigación de posibles vacunas son algunas de las iniciativas que se han podido desarrollar gracias a la innovación tecnológica.
Sin embargo, en casos puntuales, algunas soluciones tecnológicas han sido manipuladas para utilizarse con fines alejados de su objetivo original; las mismas tecnologías que protegen, facilitan rutinas y enriquecen el día a día de las personas, en ocasiones, están siendo manipuladas por los maltratadores para ejercer control sobre sus víctimas, como señalan desde IBM en un comunicado.
Así, por ejemplo, la notificación de compras en la aplicación de la tarjeta de crédito se creó para evitar fraudes. No obstante, algunos maltratadores la utilizan para controlar lo que hacen sus víctimas en todo momento. O los timbres conectados, creados con la seguridad en mente, y que permiten ver quien entra y quién sale del hogar, también pueden ser utilizados para controlar los movimientos de una persona.
IBM considera que, teniendo en mente este tipo de consecuencias no deseadas, es posible diseñar tecnología que sea más resistente a estos usos negativos. Para ello, la compañía ha propuesto cinco principios en el diseño de la tecnología que eviten su contribución a la violencia doméstica.
Se trata, por un lado, de promover la diversidad en los equipos de diseño, lo que permite entender de una manera más amplia y diversa los casos de uso de cualquier tecnología, tanto sus aplicaciones negativas como las positivas. En este sentido, la compañía explica que es importante tener en cuenta no únicamente a los usuarios objetivo de la solución tecnológica, sino también a otros usuarios que puedan aprovechar la tecnología con otros fines.
Por otro, hay que garantizar la privacidad y la elección del usuario, quien debe estar correctamente informado a la hora de decidir sobre la configuración de su privacidad. Los ajustes deben ser fáciles de entender y se deben incluir notificaciones periódicas para que el usuario revise, de manera habitual, su configuración sobre los datos que se comparten.
También hay que promover la transparencia. El conocido como efecto 'luz de gas' es un tipo de manipulación psicológica en la que se altera la percepción de la realidad de la víctima, y se provoca que dude de sus recuerdos y opiniones. Si un usuario puede eliminar todas las pruebas de que se está produciendo una acción determinada, o si no existe evidencia alguna de ella, esto podría conducir a que cualquier persona empiece a cuestionar su memoria.
Por ello, desde IBM entienden que la tecnología tiene que ser transparente para evitar que ciertos usuarios puedan ocultar o eliminar el rastro que puedan dejar otros usuarios. La interfaz y el diseño de las notificaciones deben ser un punto importante que permita que los usuarios conserven el control sobre su entorno.
Asimismo, cabe reforzar la seguridad y los datos. Los productos deben recopilar y compartir solo aquellos datos estrictamente necesarios, para evitar su uso malicioso. Por ello, es recomendable pensar en todo tipo de escenarios de riesgo en los que se pueda utilizar la tecnología como herramienta de abuso. Un ejemplo de ello podría ser que los miembros de una familia puedan gestionar sus canales o suscripciones de forma individual, sin un usuario único para todo el núcleo familiar.
Por último, apostar por tecnologías más intuitivas. En algunos casos, las víctimas de abuso pueden no tener suficiente conocimiento tecnológico, una situación que puede facilitar que personas que sí que tienen estas habilidades las utilicen en su contra. Por ello, implementar tecnologías de fácil uso para cualquier usuario hará que esté mejor protegido ante abusos de terceros.
Estos cinco principios pueden aplicarse para evitar el control coercitivo no solo en situaciones de violencia doméstica, sino también en otras ocasiones en las que hay desequilibrios de poder, como por ejemplo en casos de personas dependientes, ancianos o personas que padecen discapacidades, apuntan desde la compañía.