Los test defectuosos que Sanidad compró a China finalmente eran 50.000 y no los 9.000 que se habían conocido este jueves. Según una información publicada este viernes por la Cadena Ser, se trata de unos test del mismo fabricante chino que se retiraron sin haber sido siquiera distribuidos.
Aunque el Gobierno no ha desvelado el nombre de la proveedora española, se sabe que se adquirieron a Bioeasy, una compañía que no tiene licencia para vender esos productos y no está entre las que recomienda su gobierno.
Desde Moncloa se insiste en que se actuó de manera correcta, ya que los test llegaron con todos los certificados europeos en regla y que fue al validarlos en el Instituto Carlos III cuando comprobaron que fallaban y se dio la orden de retirada. El director del centro de emergencias, Fernando Simón, aseguraba que "los lotes se han devuelto y nos van a proveer con otro tipo de test rápidos".
Shenzhen Bioeasy Biotechnology no está incluida en la lista de proveedores clasificados, según la Embajada de China en España.