MADRID, 17 (CHANCE)
¿Qué te impide quedar con tus amigos de la infancia o con ese antiguo compañero de trabajo? ¿Por qué no haces más planes con tus primos o con tus abuelos? Siempre parece haber una excusa o un motivo, pero muchas veces éstos no son reales sino simplemente consecuencia de unas cárceles mentales que nosotros mismos construimos y en las que nos encerramos. Llevan el nombre de rutina, orgullo o timidez, entre otros.
Para luchar contra esas prisiones autoimpuestas Ruavieja ha lanzado esta Navidad una campaña de publicidad que, como nos tiene acostumbrados, pretende acercarse al consumidor de la manera más emocional posible y 'tocarnos la fibra sensible'. Siguiendo con la plataforma y la campaña basada en el 'Tenemos que vernos más', en esta ocasión, Ruavieja nos llama a mirarnos hacia dentro para identificar esas cárceles y opta por el 'Escapa' para que salgamos de nuestra zona de confort.
La psicoterapeuta Olga Córdoba ha colaborado con la campaña de Ruavieja y ha explicado, en una entrevista a Europa Press, que la rutina, la timidez, el orgullo, la autoexigencia o la disciplina son las principales cárceles mentales en las que nos encerramos y que nos alejan de planear, festejar o hacer cosas con la gente a la que queremos.
Los jóvenes y los adultos tienen cárceles diferentes y su manera de llevarlas también es distinta. Los adultos están atrapados en la disciplina y la rutina principalmente. Sin embargo, para la psicoterapeuta, la inestabilidad es la principal cárcel de los jóvenes. "Hay muchos jóvenes metidos ahí y muchas veces les puede la inestabilidad emocional y el descontrol de impulsos para quedarse atrapados y, por ello, destruyen todas las relaciones que van pasando por su vida. Tienen menos recursos, necesitan más ayuda", considera.
El abuso de la tecnología está estrictamente relacionado con este tipo de cárceles y son nuevamente los jóvenes, más asiduos a las redes sociales, los que crean relaciones virtuales de dudosa calidad. "Los jóvenes se están metiendo en cárceles virtuales sin ser ellos conscientes, creen que tienen relaciones de calidad, pero no es así. Creen que tienen millones de amigos, pero no son amigos reales", ha dicho la psicoterapeuta.
Además, Olga Córdoba cree que el gran mal de la sociedad española es la soledad, amparada nuevamente por la protección que nos dan las Redes Sociales: "Con el filtro que hacen las Redes Sociales en nuestra vida real estamos impidiendo las relaciones sociales personales, que es lo que nos enriquece".
¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?
Si a la mitad de los españoles la rutina les encierra en sí mismos, la solución está en hacer una pausa y replantearte qué es lo que te llena en tu día a día para marcar unas prioridades y poder disfrutar de momentos especiales.
Otra de las cárceles mentales más habituales es la disciplina, pero, ¿cómo la combatimos? Con flexibilidad. Hay personas a las que las obligaciones diarias hacen que se les olvide disfrutar de lo que realmente les importa y a las que les cuesta darse cuenta de que tanta rigidez no es buena. Romper con ella es el primer paso para disfrutar de las cosas verdaderamente importantes.
Dirigido por Juan García-Escudero con música Fernando Velázquez, ganador de un Goya por la B.S.O. de Un monstruo viene a verme, el anuncio es, según el resumen de la psicoterapeuta, un canto a que "nos tenemos que ver más y abrazar" porque "lo que un abrazo transmite no puede ser nunca sustituido por un chat".
La campaña incluye un test personal en Tenemos que vernos más para descubrir cuál es la cárcel que te atrapa y escuchar a otras personas que han estado prisioneras de la rutina, el orgullo o la disciplina.