MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
Proyecto ESPERANZA y SICAR cat, dos proyectos especializados en la asistencia integral a mujeres víctimas de trata, han valorado positivamente el real decreto impulsado por el Ministerio de Igualdad que incluye medidas para reforzar la protección a mujeres de las violencias machistas ante la crisis del coronavirus. Si bien, consideran que son "insuficientes" porque excluyen a víctimas de trata para otras formas de explotación, como la laboral en el servicio doméstico o para matrimonios forzados.
Ambos proyectos, pertenecientes a la Entidad de Adoratrices, celebran que las víctimas de trata con fines de explotación sexual hayan sido incluidas como víctimas de violencia de género. Esto, según recalcan, supone para ellas "el normal funcionamiento" de los centros de emergencia, acogida, pisos tutelados y alojamientos seguros para víctimas de violencia de género, explotación sexual, así como para sus hijos.
No obstante, estos proyectos muestran su preocupación porque en el real decreto no se incorpora a las mujeres víctimas de trata para otras formas de explotación, como la trata para explotación laboral en el servicio doméstico o para matrimonios forzados.
En este sentido, la coordinadora del Área de Sensibilización de Proyecto ESPERANZA, Marta González, ha defendido que en estos momentos es "más importante que nunca incidir en la necesidad de incluir "a todas las mujeres víctimas de trata en sectores altamente feminizados como son el servicio doméstico, la trata para explotación en salones de belleza, así como trata para matrimonio forzado".
"NO SE HAN PREVISTO AYUDAS ECONÓMICAS"
Las dos organizaciones consideran adecuadas las medidas urgentes adoptadas en materia de protección y asistencia, pero lamentan que "no se hayan previsto ayudas económicas urgentes para cubrir las necesidades básicas de aquellas víctimas que no cuentan con medios de subsistencia".
La coordinadora de Relaciones Institucionales e Incidencia de SICAR cat, Rosa Cendón, ha confesado que echa "en falta" medidas económicas, al tiempo que ha reivindicado que, en este escenario, se incorpore "una visión proactiva en cuanto a la detección de situaciones de explotación o indicios de trata desde todos los ámbitos de actuación en los que se va a intervenir con colectivos especialmente vulnerables".
"Esta crisis puede estar siendo la primera vía de contacto de estas mujeres con servicios públicos, sociales o entidades de apoyo", sostiene, en referencia a personas sin hogar, inmigrantes en situación irregular, personas que han perdido su trabajo y lugar de residencia por el coronavirus.
Con todo, tanto Proyecto ESPERANZA como SICAR cat, ha insistido en la necesidad de "llevar a la práctica y hacer efectivas las medidas adoptadas de forma urgente" en todas las comunidades autónomas, adoptando los protocolos necesarios y garantizando las dotaciones presupuestarias necesarios para llevarlas a cabo.
LOS DERECHOS DE LAS VÍCTIMAS, EN EL CENTRO
Ambas organizaciones garantizan la atención integral a las mujeres víctimas de trata y sus hijos e hijas, independientemente del tipo de explotación que hayan sufrido, tal y como han remarcado.
Asimismo, han subrayado que, según el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, ambas se consideran servicio esencial ya que forman parte de la estrategia estatal de prevención y lucha contra cualquier manifestación de violencia machista durante la aplicación del Estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus.
Aparte de contar con un plan de contingencia que les permite continuar proporcionando asistencia integral a las supervivientes de trata y sus hijos e hijas alojadas en sus recursos de acogida, aseguran que los equipos profesionales multidisciplinares están haciendo seguimiento y respondiendo por vía telemática y telefónica a las necesidades que las mujeres usuarias.
Igualmente, siguen atendiendo los teléfonos de emergencia de 24 horas para dar respuesta urgente a los nuevos casos que se presentan. Ambas organizaciones han activado ayudas económicas de emergencia con fondos propios para garantizar que aquellas supervivientes que residen de forma autónoma y que no cuentan en estos momentos con medios de subsistencia puedan cubrir sus necesidades básicas.