El año pasado, en plena pandemia de Covid-19, se produjo una verdadera locura en el mundo de las piscinas de obra, y esa locura se ha extendido en el tiempo. La demanda actual sigue siendo muy alta, tanto que los plazos de entrega de una piscina de este tipo, habitualmente de tres o cuatro meses, se han duplicado. Si usted quiere disfrutar de una piscina a medida en su casa este año, sepa que no lo podrá hacer hasta el invierno, cuando ya las temperaturas no acompañen. Si no la encargó a finales del año pasado, llega ya muy, muy tarde.
"Antes nos entraban 10 presupuestos semanales y ahora son 30 ó 40", explica a Bolsamanía Reyes Cogno, administradora de Piscitec, empresa de construcción de piscinas situada en Arroyomolinos, quien precisa que en febrero se suele cerrar la temporada pero que, este año, "ante tanta demanda", se cerró a principios de enero. "Todo lo que se encarga ahora es ya para después de la temporada, que comprende los meses de febrero a julio", detalla.
Xavier Tintoré, director general financiero de Fluidra, cotizada del Ibex dedicada al sector de las piscinas y el wellness, contaba a Bolsamanía recientemente que, efectivamente, hay "lista de espera" para tener una piscina de obra. "Existe un retraso en la capacidad de ejecutarla. En Estados Unidos, seguramente ahora, si una persona se decide a solicitar una, le van a dar una fecha ya a inicios del año 2022. Normalmente son tres o cuatro meses, ahora es el doble o más. Al norte de Europa la situación es similar, y en el sur de Europa, la situación es algo más normal, pero para una nueva piscina en Francia o España seguramente darían fecha de entrega hacia finales de 2021", advierte.
El cliente no se queda solo en la piscina, sino que arregla toda la parcela y "puede llegar a gastarse hasta 50.000 o 60.000 euros"
Reyes Cogno confirma que, en su caso, una piscina que se encargara ahora no se entregaría hasta principios de noviembre. Además de la alta demanda, la tardanza de construcción también tiene que ver con la disponibilidad de trabajadores. "Nosotros en particular no vamos a contratar a más gente, aunque podríamos, porque no sabemos cómo trabajan y no queremos hacerlo mal", añade. Asimismo, recuerda que, según se catalogue la obra de una piscina (de gran envergadura o no), hay lugares que exigen licencia, y eso ralentiza aún más los plazos, mientras que en otros basta con una declaración responsable y se puede empezar a trabajar más rápido.
El coste medio de una piscina en España es de unos 10.000 euros, mientras que en Estados Unidos supera los 20.000. Sin embargo, es cierto que actualmente hay una tendencia a gastarse más y a hacer piscinas mejores. Fluidra explicaba esto en su 'Capital Markets Day' del pasado 15 de abril, cuando apuntaba que el valor de la piscina ha aumentado en más de un 60% y que, además de la nueva construcción, para ellos es clave la "enorme base instalada de piscinas", por lo que implica en cuanto a mantenimiento y mejora.
La pandemia de Covid-19 ha beneficiado de forma sorprendente a este sector. Si bien tiene sentido que la gente quiera disfrutar más y mejor de sus casas después de haber vivido un confinamiento, y por consiguiente invierta en mejorarlas, también puede considerarse en cierto modo sorprendente que, en plena crisis económica, el ahorro -"la mayoría paga con dinero que ya tiene, no pide financiación", cuentan a Bolsamanía fuentes del sector- se destine a una piscina. En este sentido, la locura desatada el año pasado fue tal que "hasta los niños llamaban para pedir que fuéramos a su casa a construir una piscina", reconoce Cogno, y explica también que muchos de los que optaron el año pasado por un modelo prefabricado porque no había tiempo para otra cosa, este año han encargado una de obra.
Los directivos de Fluidra remarcaban en el encuentro del pasado día 15 con inversores que el sector esta en auge y que el impulso proveniente de los cambios de tendencias provocados por la pandemia se extenderá en el tiempo. El Barómetro Sectorial de la Piscina en España 2020, publicado a finales del año pasado por la patronal española del sector (ASOFAP), reflejaba que al 70% de las empresas del sector les fue igual o mejor que en 2019, con crecimientos superiores al 15% interanual.
Más allá de la tendencia a ahorrar derivada de esta crisis, parece que duele menos gastar el dinero cuando se trata del hogar. Según explican profesionales del sector a esta web, el cliente no se queda solo en la piscina, sino que arregla toda la parcela (toldos, barbacoa...) y "puede llegar a gastarse hasta 50.000 o 60.000 euros" en ésta. Los retrasos, al final, no se ciñen solo a la piscina, sino que son extensibles a todo lo que tenga que ver con mejoras de la casa.