MADRID, 26 (EUROPA PRESS)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y algunas ONG como World Vision han procedido a evacuar a parte de su personal que trabaja en la lucha contra el ébola en Beni, en el este de República Democrática del Congo (RDC), ante la creciente tensión por los ataques continuados contra la población civil que han dejado cerca de 80 muertos en el último mes.

La OMS ha anunciado este martes que ha evacuado a 49 miembros de su personal no esencial de los 120 que trabajan en la lucha contra el brote de ébola de Beni. "Aunque 49 han sido reubicados, 71 permanecen en el lugar en este momento para garantizar un apoyo tan bueno como sea posible o al menos mínimo a la respuesta contra el ébola", ha explicado el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier, en Ginebra.

"Necesitamos que se restauren la ley y en orden para poder realizar las operaciones vitales", ha sostenido, según informa Reuters. La OMS ya había alertado el viernes de que la creciente inseguridad estaba lastrando la respuesta contra el brote que se declaró en agosto de 2018 y que afecta a las provincias de Kivu Norte, donde se encuentra Beni, e Ituri.

"La violencia tiene que cesar, ya tenemos suficientes áreas en las que no podemos acceder debido a la violencia, la violencia militar o la violencia rebelde en curso. Así que esto es muy malo para la respuesta frente al ébola", ha añadido.

Por su parte, el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) también ha procedido a reubicar temporalmente a 27 miembros de su personal, dejando solo a doce en Beni, según ha indicado su portavoz, Marixie Mercado.

Entretanto, World Vision ha informado de que algunas agencias humanitarias han tenido que suspender sus actividades en el marco de la lucha contra el ébola y el sarampión en los puntos críticos donde se está demostrando que el contagio es difícil de controlar.

Beni fue escenario el lunes de violentas protestas contra la Misión de la ONU en RDC (MONUSCO) durante las que la base en la ciudad fue atacada. Al menos cuatro personas murieron en las protestas del lunes, que se enmarcan en el malestar de la población por lo que consideran "inacción" de la MONUSCO ante los ataques continuados.

Cerca de 80 personas han muerto desde principios de noviembre en distintos ataques, buena parte de los cuales se atribuyen a la milicia Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), contra la que el Ejército congoleño lanzó el pasado 30 de octubre una ofensiva en el este del país.

Como resultado de estas protestas, durante las que los manifestantes prendieron fuego al ayuntamiento de Beni, se ha producido la evacuación, hibernación o reducción de la presencia de las agencias de ayuda internacional, ha señalado la ONG.

"Este brote de violencia no pudo haber llegado en peor momento. Estábamos a punto de superar la epidemia de ébola y las agencias de ayuda estaban ampliando sus esfuerzos para contener el sarampión, que hasta el momento ha matado a más de 4.000 personas en el país. Ahora todo esto está en riesgo", ha lamentado la directora de World Vision en el este de RDC, Helen Barclay-Hollands.

World Vision ha resaltado que las protestas comenzaron la semana pasada justo después de que se hubiera detectado un nuevo caso de ébola en Beni, con el que podrían haber estado en contacto unas 300 personas. La actual situación pone en "grave peligro los esfuerzos para rastrear y monitorear a esas personas", ha lamentado la ONG.

Asimismo, Barclay-Hollands ha incidido en que no solo la lucha contra el ébola se ve afectada. "El sarampión ha matado a más personas en RDC que el ébola y es un asesino masivo de niños pequeños. Cada día que el personal de salud pierde la lucha contra esta enfermedad significa que más niños morirán", ha alertado.

Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) también se ha visto forzado a "tomar la difícil decisión" de retirar a parte de su personal en Beni "como medida de precaución" después que durante los incidentes que se han venido registrando en la ciudad uno de sus trabajadores sanitarios resultara herido de forma accidental "por una bala perdida".

La ONG ha aclarado que la reducción en su personal "es una medida temporal que durará mientras persista la actual inestabilidad" y ha asegurado que su personal no ha recibido amenazas directas y de hecho ha seguido trabajando en sus actividades contra el ébola en colaboración con el Ministerio de Salud congoleño.

contador