MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
Los obispos españoles han condenado la trata de personas, la cual definen como "un crimen abominable", y recuerdan unas palabras del Papa Francisco del año pasado en las que "desenmascaraba sin tapujos" que a veces hay quien no quiere hablar de ello porque se encuentra dentro de "la cadena de consumo".
"No podemos acostumbrarnos a este crimen abominable de lesa majestad. Esta es una ocasión privilegiada para seguir luchando contra esta realidad", subraya el obispo de Vitoria y responsable del departamento de Mujeres en la calle y trata, dentro de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan Carlos Elizalde, en un mensaje publicado con motivo del Día Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata, que se celebra este viernes 8 de febrero.
Además, recuerda las palabras del papa Francisco el año pasado a los participantes en esta Jornada en Roma: "Hay mucha ignorancia en el tema de la trata. Pero a veces parece que haya también poca voluntad de comprender la dimensión del problema. ¿Por qué? Porque toca de cerca nuestras conciencias, porque es escabroso, porque nos avergüenza".
Para Elizalde, el Pontífice "desenmascaraba sin tapujos" la situación con estas palabras: "Dejadme que lo diga, si hay tantas chicas víctimas de la trata que terminan en las calles de nuestras ciudades es porque muchos hombres aquí --jóvenes, de mediana edad, ancianos-- piden estos servicios y están dispuestos a pagar por su placer. Me pregunto entonces, ¿son realmente los traficantes la causa principal de la trata?".
El obispo de Vitoria añade que el sentido general de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata, se recoge en el lema de este año 'Juntos contra la trata de personas' porque "prevenir las situaciones de origen es parte de la solución".
Por su parte, la directora de la sección Trata de Personas en la CEE, María Francisca Sánchez Vara, ha destacado "el compromiso de visibilizar e incluso ir mucho más allá, es decir, no solamente transmitir una información y unos hechos, sino concienciar de la gravedad de un problema que concierne y afecta a todos, y de las graves consecuencias sobre las personas que lo sufren y sobre la propia sociedad y convivencia".
Las entidades eclesiales han optado por trabajar en red contra la trata, adquiriendo "un compromiso conjunto como Iglesia". Esta forma de trabajo, según indican, "respetando las diversas identidades, une y fortalece en la misión, permite compartir experiencias e intercambiar información para ser más eficaces".
Forman parte de esta red: el grupo Santa Marta; la sección de Migrantes, Refugiados y Víctimas de trata dentro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; Christian Organisations Against Trafficking in Human Beings Network; Religious in Europe Networking Against Trafficking and Explotation; Foro sobre la trata; Red Internacional de la Vida Consagrada contra la trata de personas; el grupo intereclesial contra la trata; y el grupo de coordinadores diocesanos.