MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
La Comisión Europea anunció el pasado 30 de enero una convocatoria "express" para financiar 17 proyectos europeos con el objetivo de hacer frente al nuevo coronavirus, en plena expansión por el mundo.
Uno de estos proyectos está liderado por una investigadora española, Laura Lechuga, que pretende desarrollar, junto a su equipo, unos detectores del Covid-19 más sencillos y rápidos. Según relata a Europa Press la investigadora, ella y su equipo ya han comenzado a trabajar "a contrarreloj".
"Tenían tanta prisa que, de hecho, la convocatoria fue express, salió a finales de enero, nos dieron nueve días para escribir el proyecto, lo evaluaron en 10 días y hace dos que ya empezamos", cuenta la investigadora, que asegura que se han comprometido a tenerlo listo en los próximos 12 meses. Ya se están recolectando muestras en Italia.
El proyecto internacional que lidera esta profesora del CSIC en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2), llamado CONVAT, busca desarrollar un nuevo dispositivo basado en nanotecnología biosensora óptica que permitirá la detección del coronavirus en unos 30 minutos, directamente a partir de la muestra del paciente y sin necesidad de realizar los análisis en laboratorios clínicos centralizados.
"La idea es que la prueba se pueda hacer en un ambulatorio", comenta la investigadora, pues al ser más rápida y menos especializada, permitiría analizar a "mucha más gente". Además, esta novedosa tecnología podría discriminar rápidamente si se trata de infección por coronavirus o por gripe común.
Según señala Lechuga, esta tecnología está ya desarrollada, pero para otras aplicaciones, con lo que el principal trabajo de esta investigadora y su equipo consiste en adaptar esta tecnología al ámbito médico.
Actualmente, la prueba del coronavirus que se realiza en España consiste en la extracción de muestras de secreciones nasales o faríngeas que son analizadas después mediante una prueba denominada reacción en cadena de la polimerasa (la PCR).
"Esta técnica está muy extendida pero es muy especializada, hay que saber manejar esta técnica, hay que extraer el virus, el material genético.. es muy buena, pero puede tardar entre 2 y 4 horas, pero por el colapso que hay, están tardando días o semanas", explica la investigadora, que advierte de que con esta técnica "no hay capacidad" para hacer las pruebas a toda la población.
La idea de este proyecto, en el que cooperarán investigadores de Italia y Francia, así como la Universidad de Barcelona, es desarrollar unos detectores capaces de detectar el nuevo virus en unos 30 minutos. Desde Francia, los científicos se encargarán de desarrollar una proteína receptora específica que sea capaz de detectar el coronavirus, mientras que en el laboratorio de Lechuga y su equipo se encargarán de adaptar el biosensor, cuya tecnología está ya patentada, con esa proteína.
El objetivo, según Lechuga, es que con una simple muestra de saliva, de lavado bucofaríngeo o esputo, la proteína sea capaz de detectar la presencia del virus y entonces el biosensor dé una señal: positivo o negativo. Se trataría de un dispositivo similar a los que precisan los niveles de glucosa en sangre en las personas diabéticas.
Precisamente, "una de las cosas más complicadas es cómo colocar la proteína en estos dispositivos y cómo medir directamente las muestras humanas", admite Lechuga.
El dispositivo biosensor se utilizará también para el análisis de diferentes tipos de coronavirus presentes en animales reservorios, como los murciélagos, para poder monitorizar y vigilar una posible evolución de estos virus y prevenir futuros brotes infecciosos en humanos.