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PulpoPABLO ARECHAVALA

MADRID, 27 (EUROPA PRESS)

Un equipo multidisciplinar del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea) de la Universidad de las Illes Balears, ha descubierto que la personalidad animal está íntimamente ligada a su forma de vida, y que la clave está en la energía.

Este descubrimiento ha sido plasmado en una nueva teoría llamada la 'teoría bioenergética del comportamiento', que abre nuevos horizontes para entender el funcionamiento de la vida. Estos hallazgos serán publicados en la revista 'Ecology Letters'.

Como señalan los doctores Miquel Palmer, director del trabajo, y los físicos del Imedea Salvador Balle y Alberto Álvarez, esta teoría describe cómo se distribuye la energía en el interior del cuerpo para poder crecer y mantener toda la estructura del organismo, madurar y tener descendencia; y se basa en principios físico-químicos bastante complejos.

Para explicar cómo se relaciona personalidad y energía, la primera autora del estudio, Andrea Campos-Candela, indica que "existe un comportamiento muy interesante e importante para entender la ecología de la personalidad animal que viene determinado por el modo en que los animales se mueven en el espacio".

"Los animales no se mueven al azar ni ocupan espacios infinitos, si no que se mueven dentro de unos límites determinados que podríamos considerar 'su hogar'. Por su personalidad, hay animales que se alejan más de sus 'hogares' que otros y eso tiene consecuencias muy importantes en la vida del organismo", relata.

El animal que se aleja más de 'su hogar' tendrá oportunidad de encontrar más alimento, tener más energía, crecer rápido y reproducirse más. Todo ello está determinado por cómo la energía que los animales obtienen de la comida se distribuye por todo el organismo.

La teoría bioenergética del comportamiento da un gran paso adelante para entender los rasgos de la personalidad animal. Sin embargo, todavía quedan retos por afrontar, como afirma el doctor Josep Alós: "Hay que salir más al campo y explorar el fondo del mar para conocer mejor el papel que juega la personalidad en el medio natural". "Los peces que nos comemos son los más atrevidos, cuando buceamos vemos los peces más exploradores o nuestros animales de compañía son los más dóciles, por citar algunos ejemplos", ejemplifica.

Igualmente, esta nueva teoría ayudará a diseñar futuros planes de gestión de los recursos naturales que sean más integradores y exitosos, y permitirá explorar preguntas como qué pasaría en el fondo del mar si todos los peces más agresivos o exploradores son pescados, qué consecuencias tendría para la supervivencia de una especie la desaparición de la diversidad de comportamiento o qué rasgos del comportamiento podrían dar más ventaja a un individuo en un escenario de cambio climático.

Asimismo, se podría responder a la pregunta de su es importante proteger la diversidad de comportamiento dentro de una especie, qué consecuencias podría tener un plan de gestión ambiental que no considere la diversidad de comportamiento de una determinada población. En resumen, "entender cuál es el origen de la personalidad animal es, por lo tanto, algo que afecta a toda la sociedad", según señalan los autores.

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