MADRID, 27 (EUROPA PRESS)

Investigadores del Museo Natural de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (MNCN-CSIC) han realizado un estudio en los Apeninos Septentrionales, en Italia, para lograr nuevos métodos con los que mejorar la gestión forestal de los bosques.

El objetivo del estudio era aplicar un método sistémico de gestión forestal para crear bosques complejos basados en la regulación natural que aumente sus tasas de biodiversidad.

El estudio demuestra que para poder diferenciar e implantar nuevos sistemas de gestión de los bosques acordes con los retos ambientales de la actualidad, es imprescindible que los gestores tengan experiencia y conocimientos previos de selvicultura, así como una formación precisa en estos nuevos sistemas.

La investigación señala que los objetivos de estos nuevos métodos, como son la creación y el mantenimiento de bosques complejos que favorecen mayores tasas de biodiversidad deben estar claramente definidos.

El investigador del MNCN Andrés Bravo-Oviedo, ha explicado que en la actualidad se están desarrollando métodos selvícolas como el sistémico, basado en la regulación natural, que dan lugar a bosques más diversos y complejos para hacer frente a la pérdida de biodiversidad y al cambio global.

No obstante, añade que es complicado ponerlos en práctica debido a los factores externos que influyen en la toma de decisiones de los gestores, ya que se ha visto que en esta toma de decisiones y en el grado de consenso entre evaluadores influyen factores como la experiencia previa.

"Una herramienta empleada para formar a los gestores forestales son las aulas de señalamiento o marteloscopios, que les permiten decidir qué ejemplares de una zona determinada deben ser cortados para su aprovechamiento cumpliendo con distintos objetivos de producción y preservación. En España existen distintas aulas de señalamiento gestionadas por administraciones, centros de forestales y Universidades en Castilla y León, Madrid, Galicia, Navarra, País Vasco, Aragón y Andalucía", explica el investigador del MNCN Andrés Bravo-Oviedo.

En concreto, ha explicado que se trata de parcelas de 1 hectárea de superficie en las que se conoce la posición de todos los árboles, su especie y sus dimensiones.

En ellas, estudiantes y gestores pueden simular la selección de árboles que serán aprovechados según distintos métodos de gestión e inferir cómo será la evolución de los que quedarían en pie. "Así se obtiene de forma no destructiva información sobre la sostenibilidad del método" puntualiza Bravo-Oviedo.

Asimismo, indica que el objetivo del estudio fue analizar qué tipo de árboles y con qué intensidad se seleccionan para el aprovechamiento por evaluadores con y sin conocimientos previos en selvicultura, siguiendo por un lado el método sistémico y, por otro, métodos selvícolas convencionales.

También tuvieron en cuenta el genero y la edad, unos aspectos que hasta ahora no se habían analizado. Los resultados del experimento mostraron que aquellos evaluadores que no tenían conocimientos previos en selvicultura no eran capaces de distinguir ambos métodos, mientras que aquellos con formación forestal, aun sabiendo diferenciarlos, tendieron a aplicar el que mejor conocían: el tradicional.

El estudio también muestra que factores como el género tuvieron una importante influencia a nivel individual en la elección de los árboles que debían ser extraídos.

Por ejemplo, las evaluadoras con experiencia en selvicultura tendieron a seleccionar árboles de mayor tamaño, pero con menor consenso entre ellas que los evaluadores, que solían seleccionar los mismos árboles que suponían la extracción de menor masa arbórea.

"La dificultad de separar métodos experimentales, como el sistémico, de ciertos métodos convencionales como por ejemplo la entresaca, que consiste en hacer cortas discontinuas que generan y mantienen masas boscosas irregulares, o claras por lo alto, en las que se extraen los árboles dominantes, es decir, los más competitivos, hace que los gestores acaben aplicando estos últimos", señala el investigador.

El investigador añade que cuando se trata de poner en práctica nuevos métodos de gestión, es necesaria una mejor definición de objetivos y un mayor entrenamiento en la aplicación de los mismos y apunta que, en ese sentido, las aulas de señalamiento podrían ser una herramienta esencial. "Solo así se podrá validar si métodos novedosos permitirán una regulación sostenible de nuestros bosques mejorando los convencionales, algo esencial en la lucha contra la crisis ambiental actual", concluye.

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