MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
La ilusión y los nervios son los principales protagonistas de los ensayos que están realizando los 32 niños y niñas de la Residencia-Internado de San Ildefonso de Madrid, que el próximo 22 de diciembre participarán en el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad.
Falta menos de un mes para la tradicional cita navideña y Vicente Miguel Ramos, junto a otros tres educadores del centro, se encarga de trabajar las voces y destrezas de los niños desde mediados de octubre para que "cojan la rutina". "Empezamos con cuatro alambres y al principio no cantan premios", destaca en declaraciones a Europa Press el docente.
"Se trata de que vayan cogiendo dicción, soltura y fluidez a la hora de cantar el número y proyectar la voz", explica el profesor, al tiempo que indica que también se trabaja para que los niños "empasten bien, cojan ritmo, no haya pausas y se entienda el número". Cuando se acerca la fecha -a mediados de noviembre-- se comienza a trabajar sobre la tabla entera, "para que el día del sorteo tengan aguante".
Según asegura Vicente Miguel Ramos, los ensayos varían en función "de la necesidad". Así, hay parejas de niños y niñas que "van muy bien y con dos sesiones a la semana sobra" y, sin embargo, hay otras que "van a necesitar más trabajo pero van a llegar bien".
El salón de actos de la Residencia-Internado de San Ildefonso es el escenario en el que se preparan los niños. Vestidos de calle, los niños ensayan con una mesa y unas bolas de tela marrón que hacen las veces de los bombos que presidirán el sorteo el próximo 22 de diciembre.
"Va a haber mucho jaleo y mucho ruido. Vosotras a la vuestro", les dice el educador a Nicole y a Nazaret -dos veteranas del sorteo-- justo en el momento de cantar el premio durante las pruebas. "Ahí, subir un poco el volumen", subraya Vicente Miguel Ramos.
Nicole cantó el premio 'Gordo' en 2015 y 2016, y Nazaret ha cantado un segundo premio en 2017. "He participado muchas veces en el Sorteo, cuatro ya", dice a Europa Press Nazaret, de12 años.
"Me encantaría dar 'El Gordo'. A ver si es posible. Además este es mi último año", confiesa Nazaret, que añade que le gusta participar en esta tradición porque "cuando estas con tus compañeros respiras felicidad y alegría" y cuando cantas el primer premio "tus amigos te apoyan".
Asimismo, Nazaret asegura que ya mantiene sus nervios a raya. "Yo ya soy veterana y coges la costumbre. Ya dices: 'Vengo aquí todos los años, ya es hábito", apunta, al tiempo que detalla que los ensayos son "más fluidos" que antes porque los pequeños han crecido".
"ALEGRÍA" PARA FAMILIAS QUE LO NECESITAN
Respecto a los consejos que les dan a los debutantes de este año, Nazaret confiesa que a los "novatos" les aconsejan que no se pongan nerviosos, "reparten felicidad al fin y al cabo y están dando alegría a muchas familias que a lo mejor necesitan el dinero". "Siempre se alegran y pierden los nervios", asegura.
Uno de los que se estrenan este año es Felipe, que a sus 10 años extraerá bolas el día 22 de diciembre. Así, afirma que lo que más le gusta es "estar todos juntos" y que no prefiere cantar los números a extraer. "La gente me pone nervioso, mirándome ahí. Me pongo en plan 'qué hago'", indica.
También participa por primera vez este año Ilyas, de 10 años. "Me hace ilusión cantar el premio Gordo", afirma el pequeño, que añade que le gusta "aprender nuevas cosas" en los ensayos. Por su parte, Haffsa estará en el Sorteo por segunda vez. "Me gustaría cantar los 4 millones", confiesa la niña de diez años, que el año pasado cantó un quinto premio.
Naomi, de 11 años, participa por segundo año consecutivo en el tradicional sorteo y lo recuerda "bien y un poco nerviosa". "Era mi primera vez", rememora la pequeña, que el próximo día 22 de diciembre extraerá las bolas de la suerte, una tarea que considera "más fácil" que cantar los números. "Preferiría cantar", apostilla.
Preguntada sobre los sentimientos que afloran el día del sorteo al subir al escenario, Naomi asegura a Europa Press que se sintió nervios pero confiesa que existen algunos trucos. "Me lo dijo la directora. Primero, tengo que estar bien relajada y tengo que imaginar que nadie me mira. Así estaré más tranquila", subraya.
Finalmente, Vicente Miguel Ramos cree que "no hay nada que sirva" para evitar que los niños y niñas estén tranquilos el día 22 de diciembre. "Van a estar nerviosos. Lo que intentamos es enseñarles a superar los nervios, a afrontarlo y a hacerlo bien", detalla, al tiempo que agrega que lo contrario "sería raro".