- Estarán obligados a donar los productos que no vendan
- Los usarán empresas de alimentación animal y de fabricación de abonos agrícolas
El Gobierno francés ha puesto fecha de caducidad al desperdicio de alimentos. A partir de julio del año que viene los supermercados y grandes superficies no podrán tirar comida a la basura. Los alimentos que no vendan tendrán que ser donados bine a empresas de alimentación animal, bien a organizaciones dedicadas a la fabricación de abonos agrícolas.
Así lo ha decidido de forma unánime la Asamblea Nacional francesa, que ha acordado la modificación de la Ley de Transición Energética para dar un nuevo destino a los kilos y kilos de comida que cada día tiran a la basura los supermercados. De aquí a un año los comercios de más de 400 metros cuadrados tendrán que dar otro destino a los alimentos perecederos desechados.
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La enmienda que modifica esta ley, que fue presentada por el exministro delegado socialista de Agricultura Guillaume Garot, fue aprobada este jueves. “Ver las botellas de lejía desparramadas en las basuras de las grandes superficies con alimentos consumibles es escandaloso”, ha declarado el propio Garot a la agencia France Presse.
Cada francés tira a la basura 20 kilos de comida al año
Los datos del despilfarro alimentario en Francia son alarmantes. Según el Ministerio de la Ecología, en el país galo cada ciudadano tira a la basura una media de 20 kilos de comida al año, lo que justifica la medida adeptada. Sin embargo, no ha sentado nada bien al sector de los supermercados.
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En un comunicado, la Federación del Comercio y la Distribución ha criticado que se haya dado luz verde a la enmienda de Garot y asegura que los supermercados y grandes superficies ya colaboran con ONG para donar los alimentos que no se venden. “La ley se equivoca de objetivo y de tema”, dice el sector, que argumenta que “las grandes superficies solo representan el 5% del desperdicio total alimentario”.
En España, según datos de la organización de consumidores Facua, solo 9 de 28 cadenas de supermercados e hipermercados donan los alimentos que no han vendido y que son aptos para el consumo a bancos de alimentos, comedores sociales y otras ONG. En España cada día se destruyen 21.000 toneladas de comida, de las que unas 1.000 son responsabilidad, apunta este colectivo, del sector de la distribución comercial.
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