MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
La primavera será probablemente más cálida de lo habitual en España, y más seca de lo normal en el tercio norte, especialmente en Galicia y Asturias y llegará después del invierno más cálido del siglo XXI y el segundo más cálido desde que hay registros y el más caluroso de la historia en toda Europa, según ha informado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Así lo concluye la AEMET en su informe trimestral, normalmente presentado en una rueda de prensa que no ha podido celebrarse por las medidas para frenar la expansión del coronavirus.
El avance de la tendencia para el trimestre abril-junio apunta a que hay una mayor probabilidad de que llueva menos de lo habitual en esa época del año en el tercio norte, sobre todo en Galicia y Asturias.
En el resto de España, parece que las precipitaciones serán las normales para la climatología, es decir que no se ve una tendencia clara para el resto del país.
En cuanto a la temperatura, la AEMET observa que en el próximo trimestre hay una mayor probabilidad de que la temperatura se sitúe en valores superiores a los normales en España de acuerdo con el periodo de referencia 1981-2020.
El escenario más probable apunta a que en la Península y Baleares esa temperatura media trimestral estará, al menos, 0,5ºC por encima de lo normal, aunque en algunas zonas ese valor va a ser francamente superior.
En Pirineos y en el sudeste peninsular es donde se esperan las anomalías positivas más destacadas que podrían acercarse incluso al valor de 1ºC.
El invierno pasado la AEMET predijo que sería 0,7ºC más cálido en términos generales y parece que estos próximos tres meses no deberían ser tan anómalos como los 3 anteriores pero sí más cálidos que la media en España.
En cuanto al invierno, la AEMET ha indicado que la temperatura media ha sido de 14,6ºC y que superó en 0,2ºC el anterior valor más alto de la serie de invierno, que fue precisamente el invierno pasado, el de 2018-2019.
El invierno que llegará a su fin este viernes fue muy cálido o extremadamente cálido en la mayor parte de la España peninsular, mientras que fue muy cálido en Baleares y entre cálido y muy cálido en Canarias. En general, las anomalías térmicas fueron mayores en las regiones montañosas y en zonas elevadas de las mesetas.
Asimismo, se batieron numerosos récords de altas temperaturas, ya que en siete estaciones de la red principal este ha sido el invierno más cálido de toda su serie histórica, mientras en 21 estaciones nunca en invierno se había llegado a una media de temperaturas máximas tan alta. En la misma línea también se han batido récords de temperaturas máximas y mínimas, entre los que destacan los 29,6ºC de Valencia/Aeropuerto, los 31,9ºC de Tenerife Sur/ Aeropuerto o los 20,4ºC de temperatura mínima en Melilla, lo que supone la primera noche tropical en la Ciudad Autónoma en invierno.
El invierno comenzó con un mes de diciembre muy cálido, con una temperatura media casi 2 grados centígrados más alta de lo normal para el mes (1,9ºC) y a diciembre le siguió un enero cálido, con una temperatura 0,5ºC más alta de lo normal, mientras que febrero resultó "extremadamente cálido" ya que fue 3ºC más alta de la media mensual, de modo que ha sido el febrero más cálido desde que se tienen registros, en 1965 y se sitúa en niveles similares a 1990.
Este invierno se ha caracterizado por los escasos episodios fríos que, además fueron poco intensos. En concreto, destacan el de los días 12 a 14 de enero, que tuvo temperaturas bajas, sobre todo las mínimas y que han sido los días más fríos de la estación en muchas zonas. Además, también hubo otro episodio, entre los días 19 y 21 de enero, cuando llegó la borrasca Gloria, que provocó un temporal de viento, nieve, lluvia y oleaje, con temperaturas por debajo de las normales, especialmente las máximas. En cuanto a diciembre y febrero, no se registraron episodios fríos significativos.
Los valores más bajos del trimestre se registraron en los dos episodios fríos de enero. Las temperaturas más frías fueron los -10,8ºC el 20 de enero en el Puerto de Navacerrada; -10,3ºC el 12 de enero en Molina de Aragón; -8,6ºC el 13 de enero en Teruel y -6,7ºC en Salamanca-aeropuerto el 13 de enero.
Los episodios cálidos fueron frecuentes, como los de el del 13 al 28 de diciembre, con temperaturas tanto máximas como mínimas más altas de las normales, sobre todo entre los días 20 y 28; el episodio del 28 de enero al 4 de febrero, que afectó a la Península Ibérica y a los dos archipiélagos, así como el intenso episodio del 21 al 25 de febrero, que afectó también a toda España.
En Canarias, ese episodio de febrero además coincidió con la llegada intensa de polvo sahariano con vientos fuertes del oeste. Las máximas más altas del trimestre fueron los 31,9ºC de Tenerife Sur el 24 de febrero; el 30,4ºC de La Palma/aeropuerto el 3 de febrero; los 29,4ºC deLanzarote/aeropuerto el 25 de febrero y los 28,6ºC de Fuerteventura aeropuerto el 5 de febrero.
Los valores más altos de febrero en la Península fueron los 29,6ºC en Valencia-aeropuerto; 28,6ºC en Alicante; 28,2ºC en Murcia, San Javier aeropuerto, 27,6ºC. Todas estas temperaturas se registraron el 4 de febrero.
UN 4% MENOS DE LLUVIAS DE LO NORMAL
En cuanto a las precipitaciones, la AEMET concluye que el invierno alcanzó una precipitación cercana a la normal para el conjunto de la estación, ya que se ha recogido una media de 192 litros por metro cuadrado, lo que supone un 4 por ciento menos del valor trimestral para el periodo 1981-2010.
El trimestre comenzó con un diciembre y un enero húmedos pero terminó con un febrero extremadamente seco, de hecho, ha sido el febrero más seco desde 1965.
Sin embargo, la distribución ha sido muy variable tanto en el tiempo como en el espacio, ya que el invierno ha sido húmedo o muy húmedo en un área que va de Aragón, Cataluña hasta Murcia, en zonas del oeste de Castilla y León y en Baleares.
En algunas áreas cercanas a Baleares, las provincias de Teruel y Zaragoza y en el Delta del Ebro ha resultado incluso extremadamente húmedo pero, por el contrario, ha sido seco o muy seco en el País Vasco, Canarias y en la ciudad autónoma de Ceuta. En la ciudad autónoma de Melilla el invierno ha sido extremadamente seco.
Los episodios de lluvias intensas llegaron en diciembre del 2 al 4 , cuando una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANAS), dejó precipitaciones intensas en la vertiente Mediterránea, en Baleares y Canarias; el día 12 con precipitaciones en la franja norte, desde Galicia hasta el Pirineo de Lérida; los días 15 a 17 con lluvias intensas por la borrasca Daniel; y los días 18 al 21 en que al paso de la borrasca Elsa seguida de la borrasca Fabien se produjeron precipitaciones en todo el territorio peninsular y Baleares y fueron intensas en Galicia, Pirineos, sistema Central, sistema Bético y sierra de Cádiz.
En enero destacaron las lluvias que se produjeron entre los días 18 y 23 a gran parte del territorio y que fueron muy intensas en la vertiente mediterránea, por la borrasca Gloria y que acumularon más de 150 litros por metro cuadrado en zonas de Baleares y en un área al sur de Valencia y norte de Alicante. Los días siguientes las precipitaciones, tormentas y granizo que afectaron en particular a Gerona, Tarragona, este de Aragón.
En Tortosa (Tarragona) el día 21 de enero cayeron 137 litros por metro cuadrado, el valor más alto de precipitación en un día durante este invierno; seguido de los 109 litros por metro cuadrado en Vigo/aeropuerto el día 12 de diciembre, 108 litros por metro cuadrado en Gerona el 20 de enero; 106 litros por metro cuadrado en Castellón-Almansora.