ROMA, 2 (EUROPA PRESS)

El Papa Francisco ha pedido en el Ángelus del I Domingo de Adviento y Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud orar y abrir el corazón a los demás. "Abrir nuestros corazones, para hacernos preguntas concretas sobre cómo y por quién donamos nuestras vidas", ha dicho.

"Que la Virgen María, mujer de espera y de oración, nos ayude a fortalecer nuestra esperanza en las promesas de su hijo Jesús, para hacernos experimentar que, a través de las pruebas de la historia, Dios permanece fiel y se sirve de los errores humanos para manifestar su misericordia", ha apuntado.

Al inicio del Adviento, el Papa ha recordad que este tiempo litúrgico prepara para la Navidad, invitando a "levantar la mirada" y abrir los corazones para acoger a Jesús, "el esperado por los pueblos". "En Adviento estamos invitados a despertar la espera del glorioso regreso de Cristo, preparándonos para el encuentro final con elecciones coherentes y valientes", ha manifestado.

Durante las cuatro semanas de Adviento, Francisco ha defendido que hay que "dejar atrás un estilo de vida resignado y rutinario, alimentando esperanzas y sueños para un futuro nuevo".

Comentando el Evangelio de San Lucas, el Santo Padre ha indicado que este pasaje "va precisamente en esta dirección". "Nos advierte contra el dejarnos oprimir por un estilo de vida egocéntrico y por los ritmos febriles de la jornada", ha precisado.

Para el Papa, la palabras de Jesús "resuenan particularmente incisivas". "Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes. Estén despiertos todo el tiempo y oren incesantemente", ha subrayado.

Por ello, Francisco ha dicho que, durante este tiempo litúrgico, "es necesario estar despiertos y orar". "Es así como se vive este tiempo desde hoy hasta la Navidad. El sueño interior nace de girar siempre en torno a nosotros mismos y de quedar bloqueados en el encierro de la propia vida, con sus problemas, sus alegrías y sus dolores", ha comentado.

"El Adviento nos invita a un compromiso de vigilancia, mirando fuera de nosotros mismos, ampliando nuestras mentes y corazones para abrirnos a las necesidades de nuestros hermanos y al deseo de un mundo nuevo. Es el deseo de muchos pueblos martirizados por el hambre, la injusticia y la guerra; es el deseo de los pobres, los débiles, los abandonados", ha señalado Francisco.

La segunda actitud para vivir bien el tiempo de espera del Señor, ha añadido el Papa, es la de la oración, como dice el Evangelio de Lucas: "Levántense y alcen la cabeza, porque su liberación está cerca".

"Se trata de levantarse y orar volviendo nuestros pensamientos y corazones a Jesús que está a punto de venir. Nos levantamos cuando se espera algo o alguien. Nosotros esperamos a Jesús y queremos esperarlo en la oración, que está estrechamente ligada a la vigilancia", ha concluido.

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