ROMA, 1 (EUROPA PRESS)

El Papa ha recalcado que en el signo "sencillo y admirable" del pesebre que la piedad popular ha acogido y transmitido de generación en generación, "se manifiesta el gran misterio de la fe". "Dios nos ama hasta el punto de compartir nuestra humanidad y nuestra vida. Nunca nos deja solos; nos acompaña con su presencia oculta pero no invisible. En todas las circunstancias, en la alegría y en el dolor, él es el Emmanuel, Dios con nosotros", ha asegurado.

El Pontífice ha añadido, además, que la sonrisa del Niño Jesús en el Belén "dispersa la indiferencia" y "abre los corazones a la alegría" durante la celebración de la liturgia de la palabra al visitar esta tarde Greccio, un pueblo en la región Umbría (Italia), donde según la tradición San Francisco de Asís construyó el primer pesebre de la Historia.

"Imitemos a María, que puso a su Hijo en el pesebre, porque no había lugar en una casa. Con ella y con San José, su marido, mantenemos los ojos fijos en el Niño Jesús. Su sonrisa, que estalla en la noche, dispersa la indiferencia y abre los corazones a la alegría de los que se sienten amados por el Padre en el cielo", ha pedido el Pontífice.

Se trata de la segunda vez que el Papa visita este pueblo. En enero de 2016,firmó en Greccio su exhortación apostólica "Admirabile Signum", precisamente sobre el significado y el valor del pesebre.

El Papa ha señalado que ante el Belén "no es necesario multiplicar las palabras" porque la escena expresa toda la sabiduría necesaria para captar lo esencial. "Frente al pesebre, descubrimos lo importante que es para nuestra vida, tan agitada, encontrar momentos de silencio y oración. El Silencio, contemplando la belleza del rostro de Jesús de niño, el Hijo de Dios nacido en la pobreza de un establo. La Oración, para expresar el gracias maravillados por este inmenso regalo de amor que se nos da", ha agregado.

El Papa ha salido del Vaticano a las 15:15 horas y ha llegado a las 16:55 horas. Al llegar, ha sido recibido por el obispo de Rieti, Domenico Pompili, el "guardián" del convento franciscano; el padre Francesco Rossi; y Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización.

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