ROMA, 13 (EUROPA PRESS)
El Papa, que cumplió este viernes 50 años de sacerdocio y que cumple 83 años el próximo 17 de diciembre, cierra este 2019 con varios nombramientos de altura en puestos clave del organigrama del Vaticano con los que define el perfil de las figuras que darán vida a las últimas reformas.
En última instancia, la reforma de la Curia Romana, en la que el Consejo de cardenales lleva cinco años trabajando, será recogida a nivel jurídico en la nueva constitución apostólica que regulará la composición y competencias de los distintos departamentos y organismos de la Curia Romana y que sustituirá al texto legislativo, Pastor Bonus, promulgado por Juan Pablo en 1988.
La más reciente es la designación del cardenal arzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle, como nuevo prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el ente del Vaticano que se encarga de las misiones y que supone la entrada de un asiático en la Curia Romana. La madre del cardenal Tagle es china lo que de alguna manera conecta con los esfuerzos de Francisco por mejorar las relaciones entre la Iglesia católica y el Gobierno de Xi Jinping.
Para el vaticanista del diario italiano 'Il Sole 24 ore', la designación no es casual ya que de un lado da un impulso al acuerdo para nombrar obispos en China. "(El anterior Prefecto Fernando) Filoni era un gran opositor al acuerdo con China. En cambio, Tagle está a favor", señaló en una conferencia ante la prensa extranjera Carlo Marroni.
Algunos han interpretado en esta designación un intento de influenciar la opinión de los cardenales en un eventual cónclave señalando a Tagle como su sucesor. Una lectura "simplista" con la que el vaticanista Mimmo Muolo, del diario Avvenire de la Conferencia Episcopal Italiana, no está de acuerdo.
"Cualquiera que sepa cómo funcionan las dinámicas del cónclave o la mente de los cardenales sabe que es una idea ridícula. El Papa ha puesto a Tagle al frente del dicasterio que se ocupa de la misión porque quiere un pastor, un sacerdote misionario al frente que comparta su visión de que la misión no es proselitismo sino contagio", explicó por su parte Muolo.
Desde junio de 2017, cuando el cardenal australiano George Pell pidió una excedencia de su cargo como Prefecto de la Secretaría de la Economía, la sede estaba vacante. Finalmente, el Papa dio las riendas del organismo que gestiona, controla y vigila todas las actividades económicas y administrativas de Santa Sede y del Estado Ciudad del Vaticano, al sacerdote extremeño Juan Antonio Guerrero.
Guerrero estudió en los salesianos y pasó unos años de su adolescencia en un internado de los jesuitas en un pueblo de Badajoz, donde descubrió su vocación. Su formación se reparte entre España, Brasil, Francia y Estados Unidos. Además de en Economía (1986), está licenciado en Filosofía (1993) y Teología (1994). Hasta 2003 fue profesor de Filosofía Social y Política en la Universidad Pontificia de Comillas. Entre 2015 y 2017 desarrolló su apostolado en Mozambique, donde además de llevar las cuentas de los jesuitas, coordinó varios proyectos solidarios en el país.
Desde hace dos años trabajaba en Roma como delegado del Padre General de los jesuitas, el venezolano Arturo Sosa, para las Casas y Obras Interprovinciales Romanas. Asumirá el cargo el próximo 1 de enero y tiene por delante la tarea de poner algo de orden en las finanzas vaticanas, salpicadas por un caso de una inversión millonaria en Londres que ha hecho que por primera vez se allanen las oficinas de la Secretaría de Estado del Vaticano y de la Autoridad Información Financiera (AIF) y que de momento se ha saldado con la suspensión de cuatro funcionarios de estas sedes centrales.
Además del de Guerrero, Francisco ha hecho otros dos nombramientos muy significativos en el tablero vaticano. Puso al frente del AIF al hasta ahora asesor de la Dirección del Banco de Italia en materia de vigilancia bancaria y financiera, Carmelo Barbagallo; y al hasta ahora fiscal jefe de Roma, Giuseppe Pignatone, que llevó las riendas de las investigaciones que concluyeron que la capital italiana tenía una mafia autóctona, a los mandos de la fiscalía general del Vaticano.
El periodista Marroni señala que la primera fase del pontificado de Francisco se caracterizó por las designaciones poco acertadas de ciertas personas como el sacerdote español, Lucio Ángel Vallejo Balda, o la italiana, Francesca Immacolata Chaouqui, que acabaron condenados por el tribunal del Vaticano por un delito de robo y la filtración de documentos reservados en el caso conocido como 'Vatileaks 2'.
No obstante, valoró que los últimos nombramientos están más "centrados" y diferencia por ello una segunda fase del pontificado de Francisco. "El Papa está intentando solidificar los equilibrios internos", consideró.