MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El Papa Francisco ha advertido a los sacerdotes de que "las medidas drásticas no siempre son buenas", no en relación a las medidas tomadas por el Gobierno ante la expansión del coronavirus sino en referencia a que los pastores tengan en cuenta las necesidades de los fieles que necesitan acompañamiento espiritual en este momento y no les dejen solos.
Así lo ha indicado en la misa de este viernes 13 de marzo celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta, la quinta sin la presencia de fieles y retransmitida en directo por YouTube.
"En estos días nos unimos a los enfermos, a las familias, que sufren esta pandemia. Y también me gustaría rezar hoy por los pastores que deben acompañar al pueblo de Dios en esta crisis: que el Señor les dé la fuerza y también la capacidad de elegir los mejores medios para ayudar. Las medidas drásticas no siempre son buenas, por eso rezamos: que el Espíritu Santo dé a los pastores la capacidad pastoral y el discernimiento para que proporcionen medidas que no dejen solo al santo y fiel pueblo de Dios. Que el pueblo de Dios se sienta acompañado por los pastores y el consuelo de la Palabra de Dios, los sacramentos y la oración", ha subrayado.
El portal oficial del Vaticano Vatican News precisa que el Papa no se refiere a las medidas tomadas por el Gobierno para contener el contagio evitando las reuniones públicas, sino que se dirige a los pastores para "tener en cuenta las necesidades de los fieles que necesitan ser acompañados espiritualmente en un momento tan dramático".
En su homilía, el Papa ha comentando las lecturas del día, y en particular la parábola de los viñadores asesinos. "Ambas lecturas son una profecía de la Pasión del Señor. José vendido como esclavo por 20 siclos de plata, entregado a los paganos. Y la parábola de Jesús, que claramente habla simbólicamente del asesinato del Hijo. Esta historia de un hombre que poseía un pedazo de tierra, plantó una viña allí, la rodeó con una cerca, cavó un lagar en ella, construyó una torre, lo había hecho bien, luego la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje", ha indicado.
Si bien, Francisco ha precisado que en esta parábola cuando llegó el momento de cosechar los frutos, habían olvidado que no eran los dueños. "Los viñadores se llevaron a los sirvientes, a uno lo golpearon, a otro lo mataron, a otro lo apedrearon. Luego envió otros sirvientes, más numerosos, pero los trataron de la misma manera", ha precisado.
Finalmente, según ha recordado el Papa, les envió a su propio hijo, según se lee en el Evangelio, pensando que tendrían respeto por su hijo. "Pero los viñadores, al ver al hijo, se dijeron: 'Este es el heredero'. ¡Vamos, matémoslo y tendremos su herencia!". Por ello, el Pontífice ha subrayado que esta parábola es una historia "de infidelidad, de infidelidad a la elección, a la promesa, a la alianza, que es un don" pues esta gente se apropió del don y se lo llevó para convertirlo en "su" propiedad.
En este sentido, Francisco ha precisado que los "doctores de la ley", han "encerrado" el don, lo han "enjaulado en una doctrina de leyes", han "ideologizado" el don. "Sobre todo, en una ideología moralista llena de preceptos, incluso ridícula porque se reduce a la casuística para todo. Se apropiaron del don. Este es el gran pecado. Es el pecado de olvidar que Dios se ha hecho un don para nosotros, que Dios nos ha dado esto como un regalo y, olvidando esto, nos convertimos en dueños. La alianza debe ser interpretada según mi opinión, ideologizada", ha subrayado.