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Un hombre con un ataud en Ecuador.Juan Diego Montenegro/dpa

MADRID, 3 (EUROPA PRESS)

La Delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para México y América Central ha pedido este martes asegurar el "manejo digno y la protección" de las víctimas mortales del coronavirus y sus familias.

El CICR ha explicado que el aumento de las defunciones por la COVID-19 plantea "desafíos" para las autoridades a este respecto. Hasta este momento, según el último balance ofrecido por la Universidad Johns Hopkins, han muerto a consecuencia del coronavirus más de 378.000 personas a nivel global.

Así, a su juicio, "es importante" poner en marcha planes de emergencia para responder a esta circunstancia "de manera adecuada", al tiempo que esto ayudaría a mitigar el sufrimiento de las personas que han perdido a un ser querido.

"La muerte de personas cercanas impacta enormemente la vida de los que quedan, más aún si ésta se produce en el marco de una dolorosa pandemia que no permite elaborar esa realidad de forma natural, como visitar al ser querido en el hospital, saber que él o ella se siente acompañado durante su enfermedad, tomar su mano al momento de su partida o despedirlo junto con familiares y amigos en el cementerio", ha asegurado la coordinadora forense para México del CICR, Olga Barragán.

"La planificación y adopción de medidas para el manejo de un gran número de fallecidos es trascendental para evitar consecuencias humanitarias de grandes dimensiones, que pueden perdurar en el tiempo", ha añadido Barragán.

Dicha planificación requiere el desarrollo de rutas, protocolos y planes de emergencia que aseguren el manejo interinstitucional coordinado de los cuerpos de las personas fallecidas, ha detallado el organismo.

También, implica la identificación de roles y responsabilidades, la previsión de espacios adecuados y dignos de custodia temporal de cadáveres, su identificación y notificación a los familiares y el resguardo y la centralización de la información.

El creciente número de fallecidos, que aumenta de manera rápida, y teniendo en cuenta que cada vez más se opta por la cremación como opción final para los restos, el CICR ha alertado de que "es posible" que se congestionen los hornos crematorios o que aumenten los tiempos para la inhumación en los cementerios.

"Ello podría generar un cuello de botella en los hospitales de cuerpos en espera a ser entregados a sus familiares", ha especificado el CICR. Así, ha aseverado, la previsión de espacios adicionales adecuados para el resguardo temporal de cadáveres es trascendental en este tipo de situaciones. Por ello, estas medidas de emergencia deben contemplar una disposición digna de los cadáveres, ha afirmado el organismo.

SEGURIDAD DEL PERSONAL

Por otro lado, la organización humanitaria ha recomendado que las autoridades involucradas en el manejo de cadáveres garanticen, además, la disponibilidad de equipos de protección personal, el material, equipamiento y capacitación, así como la adopción de buenas prácticas que no comprometan la seguridad, del personal encargado de su manejo. "Proteger al personal profesional y técnico que maneja este tipo de casos debe ser una prioridad", ha destacado Barragán.

Asimismo, para garantizar la documentación necesaria y que los familiares sepan dónde se encuentran enterrados sus seres queridos, en caso de que estos no puedan acompañarlos a su destino final, la institución recomienda una inhumación individualizada.

El CICR también ha enumerado el registro exacto del entierro y asegurar la rastreabilidad del cuerpo desde el fallecimiento hasta la disposición final. "Tomar estas medidas previene la desaparición de personas", ha remarcado la experta del CICR.

Por último, el organismo, que ha remarcado la necesidad de ofrecer información a los familiares y que, de acuerdo con las normativas de cada país, se les permita ver a su ser querido, ha puesto el foco en los espacios de despedida y duelo.

Al considerarlos "importantes", el CICR ha considerado que las autoridades deberían planificar la disposición final de los cadáveres atendiendo los rituales funerarios, las costumbres y particularidades culturales y las necesidades de los dolientes, sin poner en riesgo la salud de las familias ni de los responsables del manejo de los cuerpos.

"Es importante también garantizar la realización de exámenes médico-legales en los casos que lo requieran. Los fallecidos por la COVID-19 bajo circunstancias claras en sus casas o en hospitales, no deben ser enviados a las morgues judiciales, a menos que requieran un examen médico legal, sea por causa de muerte violenta, sospechosa, en custodia o para establecer la identidad", ha concluido Barragán.

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