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The Circular Lab en Logroño desarrolla un proyecto para conocer la huella ecológica de los envases antes de su diseño.EUROPA PRESS

LOGROÑO, 22 (EUROPA PRESS)

Los contenedores amarillos reconocerán, pesarán e identificarán los envases a través de imágenes tomadas con el móvil de los ciudadanos que, una vez depositen sus residuos, a través de una aplicación móvil y un código QR, valorarán el esfuerzo del usuario con "reciclos", puntos de crédito que podrán traducir en descuentos, opciones para sorteos o bien en donaciones a proyectos sociales ambientales de las administraciones o bien de ONG.

La iniciativa forma parte del proyecto 'Reciclaje 5.0', que se desarrolla en el centro de innovación abierta en economía circular The Circular Lab de Logroño y que está en fase de prueba piloto en cuatro municipios de Cataluña, así como en dos universidades y un hospital.

Así, cuanto más recicla el usuario, más beneficio obtiene, eso sí, según ha aclarado la directora de comunicación y marketing de Ecoembes, Nieves Rey, "con un tope de 10 reciclos a la semana por ciudadano", ya que la idea no es generar un mayor volumen de residuos, sino reducirlo pero, al mismo tiempo, incentivar y mejorar su reciclado.

El coordinador de The Circular Lab, Zacarías Torbado, ha explicado en una visita con medios de comunicación al 'Lab' de Logroño, que 'Reciclaje 5.0' es un proyecto de ciencia ciudadana que surgió en verano de 2018 cuando se planteó la posibilidad de analizar si los incentivos podrían incidir en el comportamiento del ciudadano y qué papel podría jugar la tecnología.

"Hemos logrado crear una comunidad de 1.000 recicladores que tienen un sentimiento de pertenencia", defiende Torbado que, además destaca que con este sistema de contabilizar los residuos favorece la trazabilidad de la cadena de reciclaje.

Entre los colaboradores de Reciclaje 5.0 está Denisa Gibovic, directora de la start-up Blue Room Innovation, que ha explicado el funcionamiento del proyecto 'Reciclos' y su fase de prueba en San Boi de Llobregat, Igualada, Granollers y Pla de L'Estany para "aprender lo que motiva a las personas" y si priman los intereses particulares o colectivos.

Por ejemplo en Pla de L'Estany --donde el proyecto se prueba desde hace un año-- se registró en la aplicación el 10 por ciento de la población de la que 4.000 usuarios estuvieron activos y consiguieron 100.000 reciclos, unos 25 por usuario. Gibovic ha concluido que al principio les interesaban más los descuentos en la tasa de basura, los sorteos, por ejemplo de un patinete eléctrico, pero con el tiempo, han ido ganando terreno incentivos como donaciones a ONGs o iniciativas, por ejemplo como una recogida de juguetes en un barrio.

ENVASES DEL FUTURO

Otro de los más de 150 proyectos de innovación en cuatro áreas de investigación que se han puesto en marcha desde que The Circular Lab se puso en marcha hace ahora casi tres años, es el 'Packaging Circular Design' (PackCD), una herramienta que permitirá a las empresas en el futuro inmediato analizar y evaluar el impacto ambiental, la huella ecológica, de un envase antes de su fabricación.

Las responsables del proyecto Ana Rivas y Rebeca González han explicado que, en función de las características del envase se evaluará su sostenibilidad, se ofrecerán soluciones para mejorarlos y adaptaros a las necesidades del producto, porque el 80 por ciento del impacto ambiental de un envase viene determinado por la fase del diseño y la fabricación.

En concreto, cada envase tendrá una etiqueta, similar a las de la clasificación energética de los electrodomésticos e incluirá información relevante sobre el envase, su huella ambiental y su capacidad de reciclado. Con ello, los envases tendrán una clasificación en orden descendente.

Según ha explicado el gerente de innovación de Ecoembes, José Luis Moreno, el reto es transformar el sector de la economía circular a través del ciudadano, del emprendimiento, del ecodiseño y del 'smart waste'.

Precisamente, en el centro de Logroño se ha desarrollado 'Smart Waste', en colaboración con MinSait, que analiza los datos de los residuos, la tasa de llenado de los contenedores y permite optimizar las rutas de los camiones, reducir las emisiones de CO2 del transporte y mejorar la eficiencia en la gestión de los residuos, así como la trazabilidad de los mismos. Otro de los desarrollos es industria 4.0 que engloba varias iniciativas para mejorar la gestión inteligente de las plantas de tratamiento.

NUEVOS MATERIALES

Hace un año, The Circular Lab presentó el primer prototipo de material plástico compostable, reciclabe y biodegradable, el 'Bio-bio', realizado a partir de residuos vegetales como peladuras de patata. Un año y numerosas pruebas después, permitieron comprobar que el rendimiento es muy bajo, por lo que su fabricación a escala industrial conllevaría dos problemas o barreras: falta de materia prima y un precio muy alto.

El especialista en innovación de Ecoembes Jorge García, responsable de su desarrollo, ha explicado que por este motivo en 2019 darán un nuevo enfoque para obtener el material bio-bio a partir de todos los residuos orgánicos del contenedor marrón de los que en España se generan cada año 8,3 toneladas. Con ese volumen "se solucionaría" el problema de la escasez de materia prima. El proyecto en la actualidad está acometiendo pruebas para escalar la producción. "En 2020 queremos llegar a obtener 200 kilos, un volumen para escala industrial", ha añadido.

CUATRO ÁREAS DE INNOVACIÓN EN 900 M2

También dentro del área de ecodiseño se investigan nuevas aplicaciones del plástico film que llega al contenedor amarillo, para darle una nueva vida no solo como hasta ahora, en bolsas de basura, tuberías, etcétera, sino que en The Circular Lab buscan aplicaciones para sectores destacados en España como la construcción o la automoción. "Por primera vez hemos logrado hacer hilo de polietireno para tejidos o rafia, material isotermo o nuevo film para envolver no alimentos sino, por ejemplo, latas", explican dos jóvenes emprendedoras que llevan unos dos años trabajando en esa línea.

El problema del nuevo material es que no tiene un aspecto transparente sino grisaceo y de momento no se puede poner en contacto con alimentos, ya que según ha explicado Moreno, aún no se ha logrado eliminar las migraciones de ciertos contaminantes. Sin embargo, uno de los usos podría ser, por ejemplo, envoltorio de grupos de latas.

Torbado, por su parte, ha subrayado que España está "en el mejor nivel europeo" en capacidad de reciclaje y ha precisado que la Comisión Europea ha identificado The Circular Lab como una "buena práctica e iniciativa". Por ello, Ecoembes ha puesto en marcha un proyecto con la Fundación Universidad Empresa que contará a partir del mes de enero con 4 incubadoras de innovación conectadas en Finlandia, Polonia e Italia.

De momento, el gerente de innovación de Ecoembes, dice que el objetivo es atraer "a los más listos" y por ello buscan las mejores prácticas a nivel mundial en economía circular además del talento español en las distintas disciplinas. "Aquí trabajan juntos desde ingenieros, a geógrafos, politólogos, sociólogos, entre otras disciplinas", comenta.

Desde la inauguración de The Circular Lab se han puesto en marcha más de 150 proyectos de innovación con una plantilla de 25 personas y una red de más de 200 colaboradores externos: empresas, universidades, centros tecnológicos, 'startups' y entidades públicas.

Desde su inauguración en 2017, han participado en diferentes programas más de 80 jóvenes y 30 universidades y centros tecnológicos españoles y europeos colaboran con el centro. En las sesiones y talleres de trabajo que se realizan en distintos puntos de España 400 participantes han participado en desarrollo de ideas en torno al reciclaje de envases.

Torbado añade que en dos años y medio se ha destinado 2 millones de euros a acelerar 26 startups. "De cada 10 emprendedores que presentan propuestas, colaboramos con uno de ellos", ha comentado.

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