MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
Las actividades de tiempo libre destinadas a la población infantil y juvenil podrán reanudarse en aquellos territorios que entren en la fase 3 de la desescalada, siempre que se garanticen las medidas de prevención e higiene y cuenten con un procedimiento para el manejo de posibles casos de COVID-19. Además, las comunidades autónomas podrán establecer condiciones adicionales.
En caso de que las actividades sean al aire libre, se deberá limitar el número de participantes al 50 por ciento de la capacidad máxima habitual de la actividad, con un máximo de 200 participantes, incluyendo los monitores. Cuando sean en espacios cerrados, el aforo será de un tercio, con un máximo de 80 participantes, incluyendo los monitores.
Así lo establece la orden publicada este sábado en el Boletín Oficial del Estado para la flexibilización de determinadas restricciones de ámbito nacional, establecidas tras la declaración del estado de alarma en aplicación de la fase 3 del Plan para la transición hacia una nueva normalidad. La apertura de estas actividades no estaba en un principio reflejada en el plan de desescalada que el Ejecutivo facilitó el pasado mes de abril.
GRUPOS DE 10 PERSONAS
Durante el desarrollo de las actividades, se deberá organizar a los participantes en grupos de hasta un máximo de diez personas, incluido el monitor y, en la medida de lo posible, las actividades e interacciones se restringirán a los componentes de cada uno de estos grupos.
Precisamente, las organizaciones juveniles de España reclamaron esta misma señalan una regulación que permitiera la celebración de los campamentos y actividades juveniles de verano que, a su juicio, están siendo la asignatura pendiente de las administraciones en el plan de desescalada en la lucha contra el coronavirus Covid-19.
En todo caso, precisaron que trabajaban desde hace semanas junto al Ministerio de Sanidad y el Instituto de la Juventud de España en un protocolo que permita garantizar con seguridad el acceso de varios millones de niños y niñas a estos espacios.
PROTOCOLO DEL SECTOR
Además, el colectivo Campamentos de Verano, integrado por más de 500 entidades, se adelantó a las previsiones del Ejecutivo y hace dos semanas presentó un Protocolo Higiénico Sanitario, apelando a un diálogo con las autoridades para que puedan llevarse a cabo en la temporada estival de 2020 estas actividades de ocio en las que cada año participan cerca de cuatro millones de niños, niñas y jóvenes, y que este año estaban en el aire como consecuencia de la pandemia del coronavirus COVID-19.
Este protocolo, elaborado por profesionales en el área de Sanidad y Prevención del Colectivo de Campamentos de Verano, tiene como objetivo "garantizar la seguridad, proteger la salud y minimizar el riesgo de contagios entre los participantes en actividades de ocio educativo en el ámbito nacional" con medidas específicas de Higiene y control Sanitario tanto de los participantes, como del personal y proveedores de las instalaciones.
"Los campamentos se realizan en lugares abiertos y controlados donde no accede ninguna persona ajena a la organización, lo que favorece nuestra labor de control y prevención en todo momento", afirmaba una de las portavoces de esta iniciativa, Covadonga Berjón.
Según precisó, el suyo es un sector "muy regulado, con un altísimo nivel de profesionalidad" y están "preparados para poner en marcha todas la medidas que resulten necesarias", para que los más pequeños que "en estos meses tan duros de confinamiento, han dado una verdadera lección de disciplina" puedan disfrutar de los campamentos.
HERRAMIENTA DE CONCILIACIÓN
Además, los impulsores de esta iniciativa señalaron la importancia de los campamentos de verano para poder conciliar la parte profesional y personal de todas las familias con niños.
Según el protocolo propuestos, en primer lugar, para participar en el campamento, todas las familias deberán aceptar una declaración responsable, donde garanticen que durante los 14 días previos a la entrada al campamento, el menor no ha sufrido ni tos, ni fiebre, ni cansancio o falta de aire, ni ha estado en contacto con nadie con dicha sintomatología. Lo mismo tendrán que garantizar los monitores.
Además, el campamento se iniciará con una charla informativa, por parte de los coordinadores y monitores, a los menores sobre como cumplir las medidas de seguridad vigentes, haciendo especial hincapié en la responsabilidad individual y las normas de higiene, como la "obligatoriedad de lavarse las manos con frecuencia" o toser y estornudar en el hueco del codo. Esta formación será parte transversal de todo el programa y se reforzará visualmente con cartelería informativa.
Asimismo, se reforzarán y ampliarán las frecuencias de higienización de los espacios comunes, así como las habitaciones, con especial incidencia en baños y duchas; y se aumentará la frecuencia de ventilación diaria.
Si se detectan síntomas una vez se esté en la instalación, el participante en cuestión deberá interrumpir la actividad que esté realizando informando al coordinador, quien deberá contactar con el centro de salud correspondiente para notificarlo y recibir instrucciones, así como a la familia.
Este colectivo pedía precisamente que se les facilitasen las condiciones necesarias e imprescindibles para la realización de la actividad con la mayor normalidad posible haciendo un especial hincapié en la prevención Higiénico-Sanitaria creando 'Espacios protegidos de COVID-19' y un calendario de adaptación para que todo el sector y las familias puedan conocer con la mayor anticipación posible la situación que van a encontrar este verano.
Además, aunque sea una competencia atribuida a las comunidades autónomas, pedían que el plan de adaptación a las medidas del COVID-19 sea a nivel nacional para no generar un marco de desigualdad entre territorios. Igualmente, reclaman ayudas o subvenciones ante las consecuencias que está teniendo para ellos la pandemia, al tratarse de un sector "con un alto nivel de temporalidad" y que actualmente se encuentra "en una situación límite".